A continuación se ofrecen algunos casos en que los maltratos han alcanzado sus mayores extremos: 

          5.          Un ex-magistrado de una audiencia provincial de Cuba, quien sufrió prisión en dos cárceles cubanas, en escrito de fecha 20 de enero de 1963 hizo la siguiente manifestación:19 

         Los presos políticos cubanos no tienen garantías para sus vidas. Junto con mis compañeros de prisión presencié en La Cabaña, el día 17 de abril, cómo era asesinado nuestro compañero Eduardo Navarro Vitón.  Todos pudimos contemplar, horrorizados, cómo el custodio que le dio muerte a tiros bailaba de regocijo al lado de su cadáver. 

          6.          Un testigo presencial de los hechos, describió cómo ocurrió el asesinato de un preso político en la prisión de Isla de Pinos el 17 de abril de 1961:20 

         El jefe de Orden interior, Agustín Collado, seleccionó entre los presos comunes los más feroces asesinos y los puso bajo sus órdenes para que le ayudasen a contener a los presos, en caso de una revuelta por parte de éstos.  Cuando estaban todos los prisioneros reunidos en el patio, los milicianos con bayonetas caladas tomaron posiciones. El jefe de la prisión, con brutales interjecciones, ordenó a los presos políticos que se desnudaran y que se pusieran de rodillas, anunciando al mismo tiempo que “ha habido una invasión y los fusilaremos a ustedes si esos gusanos no son rechazados”.  Seguidamente les dijo “Tienen la oportunidad de rezar en voz alta a ver si es verdad que les hacen caso”.  Uno de los presos, René Santana, de 45 años, se puso de pié y dijo: “Yo quiero decir la primera oración: Dios misericordioso, te pedimos en nombre de Cristo que triunfen los invasores y que estos canallas sean exterminados”.  Acto seguido un miliciano sacó su pistola, le apuntó a la cabeza y le desbarató el cráneo de un disparo”. 

          7.          Un ciudadano que presenció los siguientes hechos, ocurridos en la prisión de Isla de Pinos, declaró lo siguiente:21 

         En la madrugada del lunes 7 de agosto de 1961 uno de los presos sancionados allí a 15 años de cárcel, el ex-sargento del Ejército Rebelde nombrado Gustavo Sabino Artiles, consiguió una lata de leche, la abrió y bebió de ella.  Así la pasó a varios compañeros. La noticia llegó a oídos del jefe del penal y a las 2 de la madrugada los llamaron y los llevaron al patio mientras tanto les hacían una requisa en la celda. En el patio los desnudaron y el jefe del penal pidió que se presentase el que había obtenido la lata de leche. Sabino dio un paso al frente, y al ser interrogado cómo la había obtenido, no contestó. El interrogador le dio un bofetón que le partió los labios.  Continuó el interrogatorio y ante la negativa del ex-sargento lo volvió a golpear; otro preso gritó protestando ante aquel atropello y un miliciano le metió un bayonetazo por la espalda.  Sabino se lanzó sobre el oficial que había cometido tal salvajada y otro miliciano, entonces, le disparó con su arma de fuego hiriéndolo en la frente.  A los pocos instantes falleció. 

          8.          Un estudiante que conoció del hecho directamente, informó a la Comisión sobre la muerte violenta de un preso político:22 

         El día 7 de julio de 1961 en horas de la noche se presentó en la casa del señor Jesús Marín, en el pueblo del Cotorro, el comisario comunista Armando Santos, para arrestar al Sr. Marín bajo la acusación de que era “gusano” y contrarevolucionario. La señora esposa, Olga de Brito, se presentó más tarde al cuartel del pueblo para interesarse por su esposo y no hallándole en ese sitio inició un recorrido por todas las estaciones de policía y oficinas del G-2. En todas y cada una de ellas la respuesta era siempre negativa. Así pasó varios días de zozobra sin saber el paradero de su esposo, el cual había sido arrestado delante de ella por la simple acusación de contrarevolucionario.  A los pocos días de esta incertidumbre le comunicaron que el cadáver de su esposo había sido hallado en los antiguos hornos de cal del pueblo de Regla, con el cuerpo perforado por numerosos balazos. 

          9.          Un ex-presidiario de Isla de Pinos enumeró las distintas personas que fallecieron en aquel penal, durante su reclusión allí:23 

         Tengo los nombres de algunos de los muertos en la prisión desde que yo llegué: Lorenzo Fonseca Balcón, Federico Ruiz Fleites, Hernando Herrera Caballero, Antonio Manteica Caballero, Félix Hernández Rovelo, Leonides Hernández Velázquez, un señor López Cuevas, Roberto Concepción Pérez, Guillermo García y un señor de apellido Rosa al que hubo que amputarle una pierna y murió a consecuencia de ello.  Estas muertes no son todas, pero son desde el 21 de diciembre de 1959 hasta el 29 de agosto de 1962.  Las causas básicas son el maltrato, el hambre, la falta de atención médica y de medicinas que deterioraron la salud y el espíritu de tal manera que murieron.

 

         10. Un estudiante universitario,24 expresó lo siguiente:

 

         Fui detenido en La Habana el 17 de abril de 1961, y después de pasar varias horas en la Ciudad Deportiva me trasladaron a la Fortaleza Militar de La Cabaña.  La avalancha de prisioneros era inmensa.  Esa noche –que la pasamos a la intemperie, tapándonos con papeles de periódicos, tirados en el suelo, a pesar de la baja temperatura—fueron fusilados a la 1 de la madrugada, ocho cubanos, entre ellos dos estudiantes: Virgilio Campanería y Alberto Tapia Ruano. Entre los participantes del pelotón de fusilamiento estaba una mujer de uniforme que, al terminar el macabro espectáculo, con palabras soeces se burlaba de lo realizado.

 

         El 19 de abril de 1961, en la madrugada, fusilaron a 7 hombres más.  Las conversaciones, disparos y gritos se oían perfectamente en las galeras.  Por las descargas fuimos contando el número de fusilados. A uno tuvieron que darle cinco disparos de pistola para rematarlo.  Entre asesinato y asesinato se podían escuchar las risas, los cantos y las burlas de los milicianos y soldados que presenciaban la escena.  Estos fusilamientos fueron anunciados por uno de los carceleros, que gritó: ¡Hoy va a haber pachanga”, refiriéndose a dichas ejecuciones.  En esos asesinatos estuvo incluido el del Comandante Doctor Humberto Sorí Marín.  Estos hechos y las llamadas por altavoces para juicios relámpagos a los prisioneros, creaban un estado psicológico sumamente depresivo en la población penal. 

          11.          La “Comisión Pro Trato Humano a Presos Políticos en Cuba”,25 dijo al respecto lo siguiente: 

         Actualmente en la fortaleza de La Cabaña se sigue fusilando. La siega impía de vidas útiles a Cuba sigue “in crescendo”. Así es triste y doloroso para los cubanos, señalar a la Comisión de Derechos Humanos de la OEA cómo aumentan los paredones sangrantes. En La Cabaña se fusila en tres paredones: (1) El llamado Foso de los Laureles, donde estuvieron fusilando hasta marzo de 1961; (2) el foso o los fosos del Morro, y (3) el foso que está detrás de las galeras, desde donde los presos políticos oyen las descargas, las voces de mando, los gritos de los condenados: “Viva Cristo Rey, Viva Cuba Libre, Muera el Comunismo, Muera Fidel, Viva la Agrupación Católica”, etc.  El día 30 de agosto de 1962 fusilaron 75 valerosos cubanos, por el delito de no querer para su patria un régimen comunista, ateo, destructor de la nacionalidad.  Aquel día funcionaron los tres paredones. Y aquel día un sentimiento unánime estremeció la conciencia americana, acusándole de inercia, porque Cuba, que sigue sufriendo, espera de sus hermanos la hora de la justicia y de la libertad. 

          12.          Un ex-militar calificó los fusilamientos como cacería humana, según lo vio en los fosos de La Cabaña:26 

         Los fusilamientos se verificaban precisamente detrás de las galeras donde estaban todos los presos, para que se hicieran sentir sus efectos en la moral de los presos.  Ocurrían de 10 a 12 de la noche o a las 2 de la madrugada.  Nunca se llevó a cabo un fusilamiento con toda propiedad, como los militares de escuela sabemos que se fusila. Los fusilamientos se verificaban persiguiendo prácticamente a tiros al sentenciado.  No puedo creer que todos aquellos hombres disparasen, pero sí los jefes de los pelotones, quienes eran los encargados de perseguir a tiros a los ajusticiados.  Muchas veces, como es natural, el herido en una pierna cae, y en el ansia de vivir, trata de escapar. Entonces había que matarlo igual que a un animal.  Así ocurría en La Cabaña. 

          13.          Un ex-prisionero de Isla de Pinos declaró ante la Comisión lo siguiente:27 

         El 13 de noviembre de 1960 entraron guardias al penal como en número de 50 con bayonetas caladas, y golpearon a unos 70 presos. Éstos fueron sacados al amanecer desnudos. Yo, particularmente, fui golpeado por un guardia con la parte plana de la bayoneta, quedando marcado durante 3 semanas.  Luego fuimos llevados a un corral a la intemperie, bajo el frío, totalmente desnudos y atropellados físicamente y de palabra. 

          14.          La esposa de un procurador público que sufre presión, expuso lo siguiente:28 

         A mi esposo lo detuvieron en plena calle y lo llevaron al famoso G-2, donde lo tuvieron incomunicado.  Sabemos que allí, por amigos que salieron del G-2, que a mi esposo le rompieron la cabeza, le metieron en cámaras frías y calientes, y para no flaquear se ponía a cantar el himno nacional de Cuba.

 

         Al mes y medio de estar preso lo pudo ver mi hermana y cuando lo vio presentaba en sus muñecas un surco sangrante, porque había sido colgado como un jamón.  Imagínense un hombre de 60 años, de 6 pies de estatura y 240 libras de peso, colgado en esa forma por las muñecas, expuesto a sufrir un derrame cerebral a causa de la presión sanguínea.

 

         15. Un ex-presidiario de La Cabaña refirió este caso:29

 

         Al hacer fila para ir a comer, en el patio de la prisión, un miliciano de color nos pinchaba con la bayoneta para que avanzáramos a recibir la comida.  Cualquier protesta podía provocar un bayonetazo fatal. 

          16.          Una señora, cuyo esposo fue fusilado, remitió a la Comisión copia fotostática de una carta que él le escribió dos días antes de su ejecución, y en la cual se denuncian los siguientes hechos:30 

         Durante 64 días a partir de mi detención me sometieron a un terrible sistema de torturas físicas y mentales. En todo ese tiempo me mantuvieron encerrado en un cuarto, aislado totalmente del mundo exterior.  Las únicas aberturas que tenía ese cuarto eran dos huecos del tamaño de los ojos de un hombre, por donde me vigilaban día y noche.  No permitían que durmiera.  Había un foco de gran potencia que convertía el cuarto en un horno.  El calor era sofocante: tanto que casi perdí el conocimiento.  Sudaba día y noche, a pesar de estar desnudo.  Por otra parte, no podía bañarme, ni lavarme siquiera. El salpullido se convirtió en llagas.  Se oían constantemente descargas de fusiles y voces de mando a pelotones de fusilamiento. Los interrogatorios eran interminables.  Los milicianos comían y bebían delante de mí para desesperarme, pues el hambre y la sed me consumían.  Como no hablaba me sacaron al paredón de fusilamiento y me conminaron a que hablara.  Ya puedes imaginarte mi respuesta: me negué rotundamente a delatar a mis compañeros. He cumplido con mi deber y lo seguiré cumpliendo hasta el final. 

          17.          Un ex-presidiario de la prisión de Isla de Pinos ofreció a la Comisión la siguiente declaración:31 

         Como casos específicos de heridos de bala en la prisión puedo citar el de Higinio Ruiz, en la circular, quien fue agredido por uno de los guardias de la torre, el 20 de abril de 1961.  También puedo citar el caso de Sergio Bravo, de la circular 3, quien el 22 de octubre de 1961 fue baleado en una pierna, quedando cojo.  El Capitán Rojas, ex-miembro del Ejército Rebelde, fue herido a principios de 1961 al protestar pidiendo más pan y sopa.  La herida le fue causada por balazos en el muslo y el tobillo.  Posteriormente, Juan Eugenio Romagosa, durante una requisa hecha en la circular 2, fue gravemente herido de bala en el estómago el 12 de diciembre de 1962, y todo ello sin provocación alguna por parte de los presos.

 

         En el edificio circular 4, por protesta similar motivada por el hambre, fueron heridos cuatro hombres el 21 de mayo de 1962, cuyos nombres no recuerdo.  También fue herido un preso de la circular 2 por estar en la planta baja después de las 6 de la tarde.  La bala que le tiró el guardia, gracias a Dios, rebotó y sólo le hirió una pierna. El último que yo recuerdo es el caso de Dovilio Uldamiga, que fue herido en la espalda por un guardia de la torre de la circular 1, con una carabina calibre 0.30, el domingo 18 de noviembre de 1962. 

          Muerte por falta de asistencia médica 

          La Comisión ha sido informada sobre casos de fallecimiento debido al total abandono de los presos políticos que necesitan atención médica. 

          A continuación se ofrecen algunos testimonios al respecto: 

          18.          Un ex-presidiario de La Cabaña declaró sobre dos casos de los cuales fue testigo:32 

         Conocí el caso del abogado Pupo, compañero de presidio. Me tomé el atrevimiento de increpar a un médico del Gobierno para que le diera asistencia, pues padecía de un infarto cardíaco y de eso murió.

 

         Allí también conocí al Dr. Reposo, quien era un dentista de unos 70 años.  Éste murió también en la prisión por falta de asistencia médica.  Era una gran persona y estaba condenado a 3 años. 

          19.          Un abogado que sufrió prisión en la Fortaleza Militar de La Cabaña, denunció el siguiente hecho en escrito33 presentado a la Comisión: 

         El Dr. Enrique Guiral, abogado, enfermó en la prisión siendo atendido únicamente por médicos que se encontraban también encarcelados, quienes agotaron su capacidad de instar, solicitando el traslado del paciente para un hospital, dado su estado crítico y la carencia absoluta de medios y medicinas para atenderlo.  Ante la indiferencia criminal del Jefe de la Prisión, la enfermedad que padecía el Dr. Guiral se fue agravando hasta que al fin falleció en el mes de mayo de 1961 en la galera No. 9.  Puedo afirmar, enfáticamente, que el enfermo falleció –excepción hecha de los esfuerzos de los médicos presos—sin asistencia médica adecuada y sin los medios y medicinas que necesitaba.  El Dr. Enrique Guiral murió en el paredón de la intolerancia del régimen comunista cubano, asesinado por la falta de atención médica. 

          20.          Otro ex-presidiario, describió ante la Comisión algunos casos de presos muertos por falta de atención médica, en Isla de Pinos:34 

         Conozco el caso de un señor que era capitán de la policía, de apellido Valdés, que murió por falta de asistencia médica, de edad entre 50 y 60 años.  También el caso de Yánez, a quien le dio un ataque de epilepsia y se cayó de un segundo piso de la circular; entonces estuvo dentro de la circular unas 10 o 12 horas sin atención de ningún tipo, a pesar de que lo comuniqué a los carceleros. A las pocas horas de sacarlo de allí falleció.

 

            Locura por efectos del maltrato 

          No son pocos los casos de presos políticos según se denunció a la Comisión, que han perdido sus facultades mentales a causa del trato recibido de manos de los carceleros y guardianes.  De las declaraciones recibidas aparece que los golpes, las falsas noticias, el terror y otros factores han provocado la locura.  He aquí algunos testimonios ofrecidos a la Comisión sobre estos casos: 

          21.          Un ex-prisionero de Isla de Pinos dijo lo siguiente:35 

         En la prisión hay varios compañeros que han perdido la noción de la realidad, que se han vuelto locos.  Uno de ellos es Pepe Márquez, compañero de mi causa, muchacho de 23 años.  Se encuentra ahora en el manicomio.  No reconoce a su madre ni a su familia y estando con nosotros en la prisión trató de cortarse las venas y de romperse la cabeza contra las paredes.

 

         Además hay un norteamericano que se llama Richard Allen Pecarero, que está trastornado totalmente y recibe ayuda de los propios presos, entre ellos dos siquiatras que tratan de asistirlo, pero está totalmente ajeno a la realidad.  Han habido varios más cuyos nombres no recuerdo, pero que se han caracterizado por intentos de suicidio, de comerse los excrementos, o de buscar los huesos de su caballo en la sopa. 

          22.          Otro ex-prisionero de Isla de Pinos ofreció el siguiente testimonio:36 

         Conocí un muchacho llamado Hernández Ponce, que se ha vuelto loco a consecuencia de golpes.  Éste ha sido uno de los hombres más sufridos en la prisión.  En tres oportunidades le dieron bayonetazos y en una le dieron dos tiros, uno en el brazo y otro le rozó el hombro nada más.  Uno de los bayonetazos por poco le cuesta la vida, pues sangró mucho por la región glútea. 

          Enfermedades motivadas por maltrato físico 

          No faltan casos, según se desprende de las informaciones aportadas a la Comisión, en que los golpes y otros malos tratos dados a los prisioneros han ocasionado enfermedades graves a los mismos.  También se ha denunciado que por mala alimentación, postura incómoda del cuerpo y otros factores, se han desarrollado dolencias para el prisionero. 

         23. Una denuncia presentada a la Comisión reza como sigue:37

 

         El procurador Eduardo Aragón Cortina, quien se encuentra condenado a 9 años de prisión en Isla de Pinos, fue salvajemente apaleado por sus guardianes y esbirros comunistas en la mencionada prisión.  A consecuencia de los golpes comenzó a padecer de tuberculosis por lesión orgánica producida por cuerpos duros.  La falta de atención médica en la prisión de Isla de Pinos, el maltrato, la total ausencia de higiene y el tormento psíquico y físico hicieron que la tuberculosis contraída por el procurador Aragón Cortina se agravase, habiendo necesidad de trasladarlo al Sanatorio Antituberculoso de La Esperanza, en La Habana, donde se encuentra incomunicado para que no se conozca su situación y por qué fue ésta provocada.

 

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19   Doc. No. 29 en los Archivos de la Comisión.

20   Doc. No. 41 en los Archivos de la Comisión.

21  Doc. No. 41 en los Archivos de la Comisión.

22  Doc. No. 41 en los Archivos de la Comisión.

23  Doc. No. 159 en los Archivos de la Comisión.

24   Doc. No. 38 en los Archivos de la Comisión.

25  Docs. Nos. 1 al 11 en los Archivos de la Comisión.

26  Doc. No. 182 en los Archivos de la Comisión.

27  Doc. No. 152 en los Archivos de la Comisión.

28  Doc. No. 18 en los Archivos de la Comisión.

29  Doc. No. 56 en los Archivos de la Comisión.

30  Doc. No. 44 en los Archivos de la Comisión.

31  Doc. No. 159 en los Archivos de la Comisión.

32  Doc. No. 64 en los Archivos de la Comisión.

33  Doc. No. 43 en los Archivos de la Comisión.

34  Doc. No. 187 en los Archivos de la Comisión.

35  Doc. No. 167 en los Archivos de la Comisión.

36  Doc. No. 194 en los Archivos de la Comisión.

37  Doc. No. 85-III en los Archivos de la Comisión.