24.
La “Comisión Pro Trato Humano a Presos Políticos en Cuba”,
hizo las siguientes denuncias:38
Hay actualmente en La Cabaña unos 3,400 presos políticos, entre
los cuales el régimen castrista ha mezclado delincuentes comunes al
objeto de debilitar entre los primeros su moral, ideales y principios.
Se calcula que más del 60% de dichos presos sufren de anemia, el
30% de gastroenteritis y 5% de tuberculosis, otro 5% de hemorroides
sangrantes, y existen asimismo, muchos casos de enfermedades
infecto-contagiosas no descritas. Y
a esto agréguese que hay más de un centenar de hombres que pasan de 60 años,
y algunos mucho mayores de esa edad, todos los cuales se encuentran en pésimas
condiciones físicas. Además,
la citada prisión está llena de chinches y piojos, pues no se dan, ni
dejan recibir de los familiares de los encarcelados, insecticidas o
medicamentos apropiados, y el agua para los presos se suministra de modo
que en días alternos reciben un solo cubo para beber y aseo.
En cuanto a la alimentación debe tenerse en cuenta que en La Cabaña
no se permite la llamada “jaba” o paquete de alimento remitido por los
familiares del preso. Éste sólo subsiste con la mala comida del penal, que
consiste en macarrones a medio día y “spaguetti” por la tarde, con un
desayuno de café y pan negro fabricado con harina rusa.
Ni siquiera los ancianos pueden tomar leche, que desde hace 2 años
no ingieren.
25.
Un estudiante universitario que sufrió prisión en Cuba, declaró
lo siguiente a la Comisión:39
El día 18 de abril de 1961, más de un millar de hombres fuimos
despojados de todas nuestras ropas y pertenencias, y distribuidos en las
galeras existentes, donde nos ubicamos como pudimos, durmiendo en el suelo
húmedo y tapándonos a veces con papeles. Cada galera sólo tiene dos
inodoros: uno para orinar y otro para la defecación. El baño consiste únicamente
en un tubo de hierro que sale de la pared y vierte un exiguo chorro de
agua helada. Los servicios
sanitarios hay que evacuarlos a base de cubos de agua, pero ésta sólo
llega a las galeras a determinadas horas, y frecuentemente el suministro
de la misma se suprime por la Dirección de la prisión durante 24 o 48
horas seguidas, lo cual da lugar a que los inodoros se desborden y los
presos no puedan realizar sus necesidades mínimas de aseo.
Cada remesa de prisioneros que llegaba venían en un estado de
depauperación mayor y causaba más hacinamiento en las galeras. En
aquellos días arribaron varios religiosos y sacerdotes católicos,
quienes fueron tratados sin distinción alguna.
Dos hermanos del Colegio de La Salle con 90 años cada uno, casi
ciegos e inválidos, con un régimen alimenticio especial, fueron
obligados a permanecer en las galera y sufrir el mismo trato que cualquier
otro preso.
26.
Un médico que estuvo detenido en el teatro “Blanquita” en La
Habana, cuando la invasión de Playa Girón, expuso los siguientes hechos:40
Alrededor de 5,000 personas, entre mujeres y hombres, fueron
hacinados en el Teatro Blanquita, en condiciones infrahumanas, por el único
delito de ser posibles no simpatizantes del comunismo.
Este cuadro se repite en Cuba cada vez que el Gobierno comunista de
la Isla teme una invasión o sublevación interna.
Como consecuencia de las múltiples violaciones de los derechos
humanos que se cometieron en el referido Teatro –hacinamiento, falta de
comida, agua, medicinas, escasez de servicios sanitarios, ausencia de
higiene y asistencia médica, maltratos y vejámenes, etc.—el balance
fue el siguiente: (1) cerca de 3,000 enfermos de gastroenteritis, angina,
colapsos, y desnutrición; (2) tres casos de infarto del miocardio con una
muerte; (3) un aborto con pérdida de la criatura; (4) trece personas,
certificado por los médicos, como completamente locas; (5) más de 200
personas con serias crisis nerviosas, y (6) tres heridos de balas, cuando
la milicia que cuidaba el local ametralló a un grupo de detenidos por el
solo hecho de asomarse a la puerta de un pasillo para respirar aire puro.
De estos heridos no se sabe si murieron, pues fueron trasladados al
Hospital Militar.
27.
Una madre, en escrito remitido desde Cuba, declaró lo siguiente:41
Soy la madre de ..., mi único hijo, quien está preso por los
comunistas aquí en suelo cubano. Él
está padeciendo de úlceras sangrantes en el duodeno, sin asistencia médica
y sin alimentación adecuada; y por su entereza de carácter siempre está
castigado y no dejan que le lleguen alimentos y medicinas.
28.
Un comerciante, denunció en escrito presentado a la Comisión lo
siguiente:42
La comida me era servida una sola vez al día, escasa y de la peor
calidad. Pero lo peor no era,
sin embargo, la falta de comida, sino la falta de agua, pues sólo me
daban un pequeño vaso al día, a pesar del calor sofocante.
Téngase en cuenta que estuve preso en una habitación sin
ventilación y que se trataba del caluroso mes de julio en Cuba.
Conociendo la sed que padecía los milicianos solían traer una
jarra de metal conteniendo agua con hielo y la hacían sonar fuera de las
celdas, provocando la exasperación de los que sufríamos tan horrible
tortura.
29.
Un ex-prisionero de Isla de Pinos informó a la Comisión de los
siguientes casos de enfermedades provocadas en la prisión:43
Al Capitán La Rosa se le produjo gangrena en Isla de Pinos y no lo
querían atender. Resulta un
gran problema llevar al médico a un recluso enfermo.
El señor Urquiza estuvo 40 días con descomposición estomacal,
como un tipo de diarrea, sin podérsele contener.
Mayito Luzardo, otro compañero preso, tuvo un problema de artritis
y no se le prestaba asistencia médica.
Sé que hay un 50% de los presos que padece de hemorroides, debido
a la falta de grasa, a la seca alimentación y a la postura del cuerpo.
Saqueo,
abandono y aislamiento del preso
La Comisión ha sido informada mediante numerosos testimonios y
pruebas que las autoridades carcelarias cubanas acostumbran, a intervalos
regulares, someter a los presos políticos a una suerte de saqueo que se
conoce como “requisa” y que consiste en ordenar a los reclusos
abandonar la celda casi desnudos, permanecer en los patios de la prisión
por varias horas, mientras los custodios entran en sus celdas y les
despojan de sus pertenencias. De
las denuncias presentadas también aparece:
a)
Que esto saqueo entraña muchas veces la destrucción de retratos
familiares, papeles o recuerdos personales, así como dineros de los
presos. También se les despoja de medicinas, artículos para el aseo
personal o cualquier otro objeto;
b)
Que las requisas se hacen bajo la excusa de que existen armas o
documentos en poder de los presos, que significan un peligro para el régimen.
Sin embargo, de acuerdo con los testimonios aportados, se trata sólo de
privar a los reclusos de sus pertenencias para beneficio de los carceleros;
c)
Que los presos carecen de un mínimo de agua y jabón, de
facilidades para el corte del cabello o la extracción de piezas dentales,
y de atención médica. Son reiterados los casos en que los encarcelados
cuentan, únicamente, con los servicios rudimentarios que pueden
aportarles los dentistas y médicos presos como ellos, pero desprovistos
de instrumentos para cualquier tratamiento;
d)
Que al preso político en Cuba se le prohibe toda lectura que no
sea de material marxista y que no se le provee de información mediante la
prensa o la radio;
e)
Que se le priva de correspondencia y se viola su contenido, permitiéndosele
escribir o recibir cartas o telegramas en contadísimas ocasiones, y
f)
Que en cuanto a la comunicación personal con las visitas, el preso
apenas dispone de tiempo para ninguna conversación íntima con sus
familiares, ya que se encuentra vigilado estrechamente y expuesto a ser
castigado por cualquier gesto sospechoso.
A continuación se relacionan algunos testimonios de personas
directamente afectadas por estas medidas carcelarias:
30.
Un ex-prisionero de El Príncipe y La Cabaña describió su
experiencia sobre las requisas:44
Nos revisaban todas las pertenencias que teníamos y nos quitaban
las pobres prendas de vestir y algunos tabacos y cigarros que podíamos
adquirir, así como los tubos de pasta de dientes, que se llevaban los
propios guardias. Eso se
repetía cada diez o doce días y había inclusive oportunidades en que le
enfocaban a uno linternas para verle las partes pudendas por si uno tenía
escondido algo de valor, una sortija, algo.
También le hacían abrir la boca y sacar la lengua, con las manos
puestas sobre la pared. Allí
al cabo de tres o cuatro horas frente a esas ametralladoras apuntadas
hacia el patio de la prisión y vociferando, entonces nos volvían a
introducir en las celdas. Esa
era la vida ordinaria.
31.
Un ex-prisionero de Isla de Pinos informó a la Comisión lo
siguiente:45
No teníamos ni periódicos ni revistas.
Libros sólo nos dejan pasar los de material comunista que editan
ellos. Radio, no tenemos, ni
televisión ni nada, así que estábamos completamente aislados del mundo.
Visitas no ha habido en siete y ocho meses.
Hay veces que dejan pasar un telegrama por semana, y después lo
prohiben por tres meses seguidos; en fin, que es cosa en que no hay
regulación ninguna.
La correspondencia, por supuesto, además de que es violada, se
recibe muy de tarde en tarde. Desde
septiembre a diciembre han permitido escribir una sola carta a los compañeros
presos.
32. Otro ex-prisionero del
presidio de Isla de Pinos expuso:46
Allí estábamos prácticamente incomunicados, pues no salían
nuestras cartas ni recibíamos cartas de nuestros familiares; los paquetes
que nos enviaban los familiares con ciertos alimentos que el penal permite,
eran entregados tan tardíamente que la mayor parte de los alimentos o
frutas llegaban podridos y otra gran parte desaparecía.
33.
Un profesional que sufrió encarcelamiento en las oficinas del G-2
en La Habana, describió el siguiente caso de extorsión:47
Un mes más tarde fui detenido a las 10 de la noche y llevado a una
de las oficinas del G-2 en la Calle Quinta Avenida, en Miramar. Ni en la
detención ni en el trayecto se me informó nada. Posteriormente me
tomaron las huellas digitales y me ficharon. Después me enviaron a un cuartito donde había 9 presos más
y otros siguieron llegando. A las dos de la mañana me sacaron del
edificio para otro cuarto, más pequeño, donde había tres individuos y
varios reflectores. Las paredes del cuartito estaban forradas de material
acústico, paredes y techos. Allí uno de los tres me sometió a un
interrogatorio. Los otros dos no hablaron palabra y estaban sentados a mi
espalda. En resumen, después de varios interrogatorios, me dijeron que si
firmaba la entrega de unos bienes de mi padre al Estado cubano, sería
puesto en libertad, y que si no firmaba la transferencia voluntaria quedaría
como rehén, hasta que lo hiciera. A los ocho días firmé la escritura pública, muy legal,
ante Notario Público, de esa cesión voluntaria de los bienes de mi
padre, y quedé en libertad inmediatamente.
34.
Un ex-prisionero de La Cabaña dijo a la Comisión lo siguiente:48
En Miami hay un señor que se llama Carlos Montero; de él puedo
decir su nombre completo, quien era antiguo secretario judicial. A ese señor
se le estranguló una hernia y si no insisto yo y doy la gran batalla, el
hombre se muere allí con la hernia estrangulada. Tuvimos que sacarlo de
allí en una tabla y llevarlo entonces hacia arriba y el médico de la
prisión, que era de mala conducta, me dijo que no tenía oportunidad de
darle tratamiento de ninguna clase sino se recuperaba él solo, y el
hombre se salvó porque lo acostaron en una tabla así con los pies
levantados y entonces se le pudo recoger la hernia con 10 o 12 médicos
que había allí presos, quienes le dieron un tratamiento manual con
masajes y gracias a esos médicos se salvó.
35.
Un ex-presidiario que presenció la intoxicación de sus compañeros,
a causa de una alimentación corrompida relató su experiencia:49
Un día nos dieron caldo de gallina y los presos que comieron ávidamente
ese plato –la única vez que sirvieron ave en La Cabaña mientras estuve
allí—padecieron de una intoxicación gravísima.
Yo no la padecí porque sospeché y no la comí.
Entonces me enteré que eran unas gallinas que habían muerto en un
sabotaje en una granja de Quivicán.
Habían muerto 10,000 gallinas y a los tres o cuatro días,
corrompidas las gallinas, las mandaron para La Cabaña y nos hicieron
caldo y esa fue la famosa cena de gallinas.
36.
La “Comisión Pro Trato Humano a Presos Políticos en Cuba”,
denunció lo siguiente:50
Otro procedimiento que periódicamente llevan a cabo en La Cabaña
es la denominada requisa de efectos personales. Las requisas se practican
todas las semanas, generalmente a altas horas de la noche, sacando a los
presos de sus galeras y celdas y conduciéndolos totalmente desnudos al
patio de la prisión, donde son vejados y golpeados. En tanto esto se produce, otros custodios roban a los
encarcelados todo lo que encuentran en las galeras.
El día 23 de mayo de 1962 al practicarse una requisa se amotinaron
los presos y entraron en función tres ametralladoras calibre 30 que
apuntan sobre el patio de la prisión. Aquel día, 55 presos políticos fueron bárbaramente
golpeados. Pero las
represalias continuaron después a base de torturas físicas, malos tratos,
incomunicación, etc. En 1962, veinte presos políticos murieron en La
Cabaña como consecuencia de los rigores extra-penales.
37.
El “Comité Pro Ayuda a Presos Políticos Cubanos”, denunció
los siguientes hechos:51
El día 6 de noviembre de 1960, a las cinco de la madrugada,
llegaron más de 100 soldados armados a la Circular número 1 del Presidio
de Isla de Pinos dando gritos insultantes al tiempo que conminaban a los
reclusos de allí para que salieran de sus inmundas mazmorras, pues habían
recibido órdenes de hacer una requisa. Acto seguido, después de
despojarlos como vulgares bandoleros de sus valiosas pertenencias, les
ordenaron formar fila y salir hasta un campo cercado, donde les dijeron
que tenían que desnudarse totalmente para registrarlos de pies a cabeza,
sin importarles a los desmoralizados guardas el espectáculo que se
ofrecería. Uno de los presos,
el joven Héctor Soris, sin poder contener su indignación, expresó su más
airada protesta por la vejación de que era objeto, lo que provocó que
varios soldados se le encimaran, propinándole una despiadada golpeadura,
al final de la cual, cuando el compañero anti-comunista Soris aún
permanecía inconsciente sobre la tierra, comenzaron a pisotearlo y a
pincharlo con sus bayonetas, mientras exclamaban rabiosos: “Mírenlo
bien ustedes y que les sirva de ejemplo”.
Ofensas
morales a la dignidad del preso
La Comisión ha sido informada de una serie de ofensas morales
contra la dignidad del preso. De
los testimonios aportados se desprende:
a)
Que al preso se le hace desnudar y salir en esas condiciones al
patio de la prisión, obligándosele a correr o marchar desnudo, sin
atenderse factores tales como el clima, su edad y su estado de salud;
b)
Que el preso se ve obligado muchas veces a comer en sitios carentes
de toda higiene, junto a los lugares en que él tiene que hacer sus
elementales necesidades, y
c)
Que al preso se le hace muchas veces dormir en el suelo, y no se le
brindan las mínimas facilidades para su aseo personal.
A continuación se relacionan algunos testimonios ofrecidos a la
Comisión por personas directamente relacionadas con esos casos:
38.
Un ex-prisionero de La Cabaña expuso lo siguiente:52
Para conseguir un poco de ropa había que sobornar a los carceleros.
Por orden de las autoridades nos hacían poner un uniforme de
presos comunes, lo cual es contrario a la costumbre que debe observarse
cuando se trata de presos políticos.
Esto lo hacían para vejarnos, ya que dichos uniformes se
encontraban en malas condiciones, sucios y con una letra P en la espalda.
39.
Una señora, cuyo hermano sufrió prisión en Cuba, dio ante la
Comisión el siguiente testimonio:53
Sobre esto tengo el dato de mi hermano, a quien no le permitían
asearse de ninguna manera. La
suciedad va encaminada a producir en el individuo asco de sí mismo; es un
sentimiento de rebajamiento que en definitiva lleva al preso a entregarse
y a sentirse un guiñapo humano.
40. Un ex-prisionero de Isla
de Pinos refirió su caso:54
Nos metían en bartolinas, que son celdas estrechas de 2 metros por
2. En ella éramos 17 hombres
desnudos, sin alimento alguno. Por las noches nos echaban cubos de agua a
pesar del frío. Así pasamos 10 o 12 días, vejados y humillados.
41. Un ex-prisionero de La
Cabaña describió lo siguiente:55
Yo he visto personalmente en cuatro o cinco ocasiones a Fidel
Castro desde su helicóptero privado volar sobre la prisión con sus
binoculares, para ver el hacinamiento de los presos.
Parecía como si se saciara cuando contemplaba aquel cuadro, pues
no tendría otro objetivo ver aquellos desgraciados en esas condiciones.
42. Otro ex-presidiario explicó:56
A los tres días de caer preso me tiraban la comida por un hueco,
en una escudilla que iba a dar a un servicio sanitario con heces fecales,
perdiéndose mucha de la comida antes de llegar a mis manos. En medio de
esas condiciones y con ese olor nauseabundo en el cubículo donde me
tocaba estar preso tenía que tomar el agua del inodoro.
43. Un ex-prisionero de Isla
de Pinos relató su experiencia:57
El 17 de noviembre de 1962 nos dieron como gran cosa frijoles por
la noche; los frijoles estaban fermentados; el 95% de la población penal
a las 3 horas padecía de cólicos, vómitos y disentería crónica;
hombres desmayados, sin el suero necesario, sin la sulfa necesaria, sin baños
suficientes. Finalmente,
viendo los guardias la cantidad de hombres que se habían desmayado, unos
vomitando sangre y otros defecando sangre, hicieron una llamada urgente y
obtuvieron una cantidad de sulfa que se repartió y eso fue lo que puso
salvar a la gran mayoría. Yo
personalmente sufrí dos desmayos y mediante doce pastillas de sulfa que
pude conseguir me volví a la normalidad.
44. Un ex-presidiario de La
Cabaña expuso:58
Cierto día se desató una disentería en toda la prisión y no se
sabía el origen. Por fin,
unos presos subieron al tanque del agua a limpiarlo, y se encontraron con
que había 10 o 12 ratas y pájaros muertos dentro del tanque.
45. La madre de un preso en
Isla de Pinos afirmó:59
De mi hijo puedo decir que sufrió las peores torturas de un ser
humano preso. Inclusive
estuvo 8 meses en una celda donde sólo tenía una gotica de agua que le
caía directamente en un hueco de tierra donde tenía que hacer sus
necesidades, en medio de un hedor espantoso.
De los 8 meses estuvo 7 sin cortarse el cabello y los propios ocho
meses sin bañarse o cambiarse la ropa, durmiendo en el suelo raso sin
frazada ni nada.
Por el contenido de la documentación aportada a la Comisión
aparece que se ha desarrollado en las prisiones políticas de Cuba el
procedimiento conocido como tortura mental o psicológica, que consiste en
destruir las fibras morales del prisionero mediante una serie de tácticas
que comprenden interrogatorios agotadores, aislamientos absolutos,
noticias falsas y alarmantes, amenazas al prisionero o a su familia y
actos de terror. De los
testimonios recibidos se advierte:
a)
Que los interrogatorios casi siempre comienzan en forma amable,
hasta probar la resistencia o la debilidad del preso.
Prosiguen luego con el aparente propósito de poder llegar al
agotamiento, a la confusión, a la locura o a la entrega psicológica del
preso;
b)
Que suelen los interrogatorios ser a altas horas de la noche, o de
madrugada, en los momentos en que el preso puede estar conciliando su sueño,
como una manera adicional de causarle molestia;
c)
Que esos interrogatorios son realizados por grupos, en que los
interrogadores van turnándose mientras el preso sigue sin descanso alguno
sometido a sus interlocutores;
d)
Que el aislamiento absoluto por días y semanas parece ser otra de
las formas de tortura mental y psicológica aplicada en las cárceles de
Cuba. La Comisión conoce de casos en que el preso ha perdido la idea del
tiempo y espacio, después de largos períodos de aislamiento, bajo focos
de luz eléctrica en que impiden distinguir el día de la noche;
e)
Que con noticias falsas y alarmantes se procede también a torturar
al preso. Estas noticias
pueden ser de tal naturaleza que provoquen la derrota moral del prisionero,
tales como la de la muerte de un familiar, o la confesión de otro preso
sometido a similares interrogatorios, la noticia de que el hijo o la
esposa del prisionero ha ingresado en las filas del Gobierno, o han
declarado en contra de él;
f)
Que el empleo de amenazas contra la seguridad o la vida de los
familiares parece ser táctica común en este tipo de procedimiento.
En este sentido se ha llegado inclusive a arrestar a familiares del
preso, y a confiscársele todos sus bienes, y
g)
Que otro tipo de tortura de orden mental o psicológico parece ser
el anuncio de catástrofes o actos de terror, así como el espectáculo de
fusilamientos, reales o figurados, para enloquecer o desesperar al preso.
En este sentido figuran las amenazas de volar con dinamita los
presidios, de dar candela o de ametrallar masivamente a los presidiarios,
para el caso en que se produzca alguna invasión encaminada a derrocar el
actual Gobierno de Cuba.
La Comisión ofrece a continuación diversos testimonios al
respecto:
46.
Un ex-presidiario de La Cabaña describió los fusilamientos como
elemento de terror:60
Yo oía y veía lo que sucedía cuando los fusilamientos, porque el
lugar donde éstos se realizan queda abajo, precisamente, de las galeras
donde estaba yo preso. Veía multitudes que se reunían para presenciar aquello como
un espectáculo y he visto niños menores de edad presenciando los
fusilamientos, los cuales eran custodios nuestros en La Cabaña. Debo decir que nos custodiaban niños de 10 y 12 años, con
ametralladoras.
A esos fusilamientos iban mujeres, como en el caso del fusilamiento
de Polín Posada y Boris Contreras, dos oficiales de la policía
revolucionaria que se dieron cuenta de la traición y conspiraron contra
Castro. A ese fusilamiento
fueron muchas personas y pusieron sillas para presenciarlo. Los fusilamientos están determinados de antemano por el G-2.
Yo he visto limpiar el campo de fusilamiento 4 o 5 horas antes del
juicio, y poner unos camiones checos o rusos para iluminar con sus faros a
los que iban a ejecutar, cosa que solía ocurrir después de media noche.
47.
La esposa de un prisionero político en Cuba informó lo siguiente:61
A mi marido lo tuvieron solo en un cuarto por cuatro meses. Por
ejemplo, le llevaban un plato de comida y al medio minuto se lo recogían
y le decían: “Usted lleva
una hora comiendo y no se la ha querido comer, así que vamos a llevarnos
la comida"” Entonces a
los 10 minutos le traían, por ejemplo, un plato de desayuno y le decían:
"“i usted ya ha dormido y lo que está ahora es desayunando”, con
el objeto de quitarle la noción del tiempo y torturarlo.
Uno de los presos compañeros de él me escribió contándome que
un día, después de muchos meses de aislamiento, lo presentaron delante
de su más íntimo amigo que estaba preso con él, y mi esposo le dijo:
“Oye, ¿Es cierto que estoy todo canoso?
¿Es cierto que mis hijos tienen 15 años?
¿Es cierto que ya han pasado 15 años de mi condena, y que Fidel
sigue aquí y que todos estamos aquí?”.
Así lo tuvieron un año completo aislado de todo el mundo, hasta
hacerle crear una confusión mental.
48. Un ex-presidiario de Isla
de Pinos describió “el solitario”:62
El solitario es una celda de 5 pies cuadrados más o menos. Es de mármol,
cerrada; tiene por techo una rejilla de acero. A uno lo ponen allí dentro
desnudo, y pueden pasar días y días, y hasta 6 meses, como tuve que
pasarlos yo allí. Desde el
22 de octubre hasta abril del año siguiente, lo pasé allí completamente
desnudo, falto de toda asistencia médica, así como de frazadas o ropas
para protegerme del frío. El
solitario es terrible. Yo
tuve allí a un compañero con las piernas partidas, a quien se le dio
golpes y se le tiraba agua fría por diez días; a los diez días vino un
señor que se dice médico, quien le puso las botas de yeso y le dijo:
“Lo que tú tengas, esto te lo cura”. El individuo tiene hoy las
piernas jorobadas, pues se quedó cojo: eso es el solitario.
Yo estuve 6 meses solo, desnudo, en el solitario. Un individuo
desnudo no puede estar; con un calzoncillo va bien, pero desnudo,
realmente es terrible, pues uno se convierte en un animal.
49.
Un ex-presidiario político se refirió al terror de que fue víctima:63
Un día me negué a comer la bazofia aquella que me traían, y
molesto el guardián por mi negativa a comérmela, me hizo un disparo
dentro de la celda y quiso forzarme a salir, creyendo que me amedrentaba
con el disparo de su rifle. Entonces
le dije: “Usted me mata, pero de aquí no salgo yo, déjeme tranquilo”.
Entonces me respondió: “Pues de aquí no saldrá más”.
50.
La “Comisión Pro Trato Humano a Presos Políticos en Cuba”,
hizo la siguiente denuncia:64 En Cuba hay organizado un terror político cuyos límites son insospechados. Es más cruel y extensa la realidad, que la imaginación sobre la prisión política del castrismo. Para que no se preste a confusión queremos llamar la atención sobre una nueva forma de castigo creada. La llaman las “cabañas” o “cabañitas” –las cuales no deben confundirse con la fortaleza de La Cabaña—localizadas en el Reparto Country Club de La Habana. Dichas “cabañitas” –que constituyen verdaderas cámaras de tortura mental—consisten en locales tan reducidos de tamaño que en ellos solamente cabe una persona de pie o sentada, y en los cuales se coloca al preso con luz de alto voltaje, sin alimentos y sin agua, a fin de obligarle a declarar en los interrogatorios o pruebas de confesión. Existen más de 100 “cabañitas”. Además, en el referido Reparto se practica fusilamiento con balas de salva o de fogueo. Muchos cubanos han enloquecido debido a estas torturas mentales. [
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Doc. Marcado con los números 1 al 11 en los Archivos de la
Comisión. 39
Doc. No. 38 en los Archivos de la Comisión. 40
Doc. No. 42 en los Archivos de la Comisión. 41
Doc. No. 33 en los Archivos de la Comisión. 42
Doc. No. 32 en los Archivos de la Comisión. 43
Doc. No. 187 en los Archivos de la Comisión. 44
Doc. No. 70 en los Archivos de la Comisión. 45
Doc. No. 161 en los Archivos de la Comisión. 46
Doc. No. 161 en los Archivos de la Comisión. 47
Doc. No. 138-III en los Archivos de la Comisión. 48
Doc. No. 65 en los Archivos de la Comisión. 49
Doc. No. 66 en los Archivos de la Comisión. 50
Doc. Marcado con los números 1 al 11 en los Archivos de la
Comisión. 51
Doc. No. 34 en los Archivos de la Comisión. 52
Doc. No. 83 en los Archivos de la Comisión. 53
Doc. No. 110 en los Archivos de la Comisión. 54
Doc. No. 96 en los Archivos de la Comisión. 55
Doc. No. 81 en los Archivos de la Comisión. 56
Doc. No. 68 en los Archivos de la Comisión. 57
Doc. No. 166 en los Archivos de la Comisión. 58
Doc. No. 82 en los Archivos de la Comisión. 59
Doc. No. 200 en los Archivos de la Comisión. 60
Doc. No. 78 en los Archivos de la Comisión. 61
Doc. No. 49 en los Archivos de la Comisión. 62
Doc. No. 44 en los Archivos de la Comisión. 63
Doc. No. 55 en los Archivos de la Comisión. 64
Doc. marcado con los números 1 al 11 en los Archivos de la
Comisión. |