CAPÍTULO IV

SITUACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN VARIOS ESTADOS

        Dentro de su mandato de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos, la CIDH ha venido estudiando la situación de los derechos humanos en los países del Continente y con tal propósito ha elaborado informes especiales respecto de algunos de ellos.  Estos informes han sido preparados por iniciativa de la Comisión, por instrucciones de un órgano de la Organización de los Estados Americanos e incluso, en algunas ocasiones, por espontáneo requerimiento del Estado interesado.

        La Comisión  ha entendido que con tales informes, su posterior difusión y la discusión que pueda haberse originado respecto de ellos, se ha podido contribuir a modificar la conducta de un Estado en cuanto a su observancia de los derechos humanos o, en algunos casos, tales informes han permitido dejar constancia de que la conducta del Estado se adecua a los compromisos internacionales que ese Estado ha adquirido en materia de  derechos humanos.

        En los últimos años la Comisión ha elaborado informes que se refieren a catorce Estados, algunos de los cuales, como Cuba, Chile, Guatemala, Nicaragua y Suriname han sido objeto de varios informes.

        Por regla general, dichos informes han sido objeto de un seguimiento de los informes anuales que ha preparado la Comisión para consideración de la Asamblea General cuando han mediado razones que justifiquen ese seguimiento por parte de la Comisión del comportamiento de un Estado en materia de derechos humanos.

        En el Informe Anual que la Comisión presentó al decimoséptimo período ordinario de sesiones de la Asamblea General se incluyó un capítulo con secciones en las que analizaba la situación de los derechos humanos en Cuba, Chile, El Salvador, Guatemala, Haití, Nicaragua y Suriname, durante el período comprendido entre septiembre de 1986 y septiembre de 1987.  Además la Comisión presentó un informe especial sobre Paraguay.

        En concepto de la Comisión, existen justificadas razones para considerar que todos los Estados mencionados deben ser objeto nuevamente de una consideración en este Informe Anual.

        Sin embargo, en el caso de Haití la Comisión recibió un mandato de elaborar informe especial sobre ese Estado por parte del Consejo Permanente de la Organización.  Por esa razón no se incluye en este Capítulo una sección sobre Haití.

        Con el objeto de que la información de que pudiese disponer la Comisión fuese lo más completa posible, ésta, con fecha 26 de julio de 1988 se dirigió a los Estados mencionados anteriormente solicitándoles tuviesen a bien proporcionar aquellas informaciones que juzgasen convenientes, pero especialmente sobre la forma como han dado cumplimiento a las previas recomendaciones emitidas por la Comisión; sobre los progresos alcanzados y las dificultades que han tenido para una efectiva observancia de los derechos humanos; y sobre los textos de la legislación promulgada y la jurisprudencia de los tribunales que hubiesen incidido en la observancia de los derechos humanos.

        Las respuestas de los Gobiernos, cuando han sido procedentes, así como todas las otras informaciones de distintas fuentes a que la Comisión ha podido tener acceso, han sido tomadas en consideración al redactarse el presente Capítulo.

        A continuación se incluirán las secciones correspondientes a la situación de los derechos humanos en Cuba, Chile, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Paraguay y Suriname, desde la adopción, el 22 de septiembre de 1987, del anterior informe hasta la fecha de la aprobación del presente.

        La Comisión encuentra necesario reiterar que con la inclusión de esas secciones se pretende describir de una manera global y completa la situación de los derechos humanos en cada uno de los siete Estados mencionados, sino actualizar durante el período de prácticamente un año los previos informes generales.

CUBA

        La Comisión ha continuado observando con atención el desarrollo de la situación de los derechos humanos en Cuba durante el presente Informe Anual.  Esta sección está destinada a presentar algunos de los aspectos más relevantes de tal situación, complementando de esta manera la información que ha sido proporcionada por la CIDH a través de los siete informes especiales dedicados a Cuba y de las secciones que se han publicado en los sucesivos informes anuales.

        En dichos informes, la Comisión consideró que en materia de derechos civiles y políticos, no existían en Cuba recursos para que los individuos hicieran valer sus derechos frente al Estado, provocando la inexistencia del estado de derecho en ese país, mientras se mantenía la ausencia de opciones políticas diferentes al Partido Comunista.  En el ámbito de los derechos económicos, sociales y culturales, por su parte, la Comisión había señalado en su Séptimo Informe que las necesidades básicas de la población habían sido satisfechas en proporciones significativas.

        Durante el período considerado en este Informe Anual, la Comisión ha continuado con las dificultades que se derivan de la falta de cooperación del Gobierno de Cuba con ella, lo cual se ha revelado en la falta de respuesta a las comunicaciones cursadas requiriendo información.  Esta situación ha constituido un obstáculo para que la CIDH pueda contar con elementos de juicio originados de manera directa en ese Gobierno para dilucidar los asuntos que se le han planteado.

        La Comisión debe señalar, sin embargo, que durante este período ea carencia ha sido parcialmente compensada por un cambio significativo de actitud por parte del Gobierno de Cuba, que ha permitido visitas de organismos internacionales independientes de derechos humanos y que ha llegado a un acuerdo con el Comité Internacional de la Cruz Roja referido a las visitas carcelarias que ejecuta ese organismo.  Los organismos independientes que visitaron Cuba durante este período fueron Amnistía Internacional, el Institute for Policy Studies y una delegación del Colegio de Abogados de la Ciudad de Nueva York,  Esta situación ha dado como resultado la elaboración de informes que han permitido obtener una visión más objetiva sobre ciertos aspectos de la situación de los derechos humanos.  Esta evolución, que la CIDH espera que se mantenga y profundice, incluye la aceptación por parte de Cuba de una misión de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas con fines de investigación.

        Esta acción, limitada pero relevante, de organismos de derechos humanos con sede en el extranjero ha coincidido con una mayor permisividad del Gobierno hacia las labores de los dos organismos nacionales de derechos humanos: el Comité Cubano Pro Derechos Humanos y la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.  No obstante los pequeños márgenes de acción abiertos para estas instituciones, ellas desarrollan sus actividades en un ambiente de precaridad que no permite prever su futuro.  Un aspecto positivo ha sido, al respecto, el permiso concedido al Presidente de la Comisión Cubana, Licenciado Elizardo Sánchez, para viajar durante tres meses al extranjero y regresar a Cuba.

        Los informes elaborados por organismos de derechos humanos han permitido lograr una visión más precisa de algunos aspectos de la situación de esos derechos en Cuba.  Así, en el ámbito del derecho a la libertad personal, la información proporcionada indica que al 30 de agosto de 1988 existía una cifra aproximada a las treinta mil personas privadas de su libertad.  Según información proporcionada a la CIDH, esta cifra representa una sensible disminución luego de que se pusiera en efecto, durante el año 1987, una política más liberal en materia de libertad condicional.

        Existen cálculos divergentes referidos al número de los detenidos que se encuentran por razones estrictamente políticas.  En marzo la cifra era ubicada entre seiscientas y mil personas; en agosto, la cifra proporcionada a la Comisión fue de doscientas personas privadas de la libertad por motivos políticos.  De estas doscientas, a ese fecha quedaban 27 plantados (prisioneros políticos intransigentes que rehusan aceptar el programa de rehabilitación del gobierno), cifra que estaba reduciéndose según se informó pues estaban previstas nuevas liberaciones.  Cabe señalar que el Cardenal O’Connor, Arzobispo de Nueva York, que visitó Cuba durante cuatro días a partir del 18 de abril pasado, obtuvo del Presidente Castro la promesa de liberar 453 prisioneros políticos una vez que les fueran entregadas visas por parte de Estados Unidos.

        Cabe señalar, por otra parte, que no existe posibilidad de precisar la cifra de personas arrestadas por motivos militares, incluidas aquellas que se niegan a efectuar el servicio militar por razones de conciencia, o los detenidos por haber tratado de ejercer el derecho de abandonar el país.  Respecto a esta última categoría, cabe indicar que el Gobierno de Cuba ha sostenido repetidamente que ese problema deberá superarse cuando se regularicen las relaciones migratorias con Estados Unidos.

        Siempre con relación al derecho a la libertad personal, organismos de derechos humanos que visitaron Cuba durante el período cubierto por el presente Informe Anual pudieron ingresar a las prisiones, incluyendo la de Boniato y Combinado del Este.  Durante esas visitas, los integrantes de las delegaciones tuvieron acceso a los pabellones de castigo y condujeron extensas entrevistas con los detenidos.  De acuerdo con los informes proporcionados, se pudo constatar que ya no quedan prisioneros plantados en la prisión de Boniato al haber sido transferidos al Combinado del Este.

        Las observaciones realizadas por esos organismos les permitieron constatar que las prisiones visitadas se caracterizan por la limpieza y el orden, sin que existan problemas de hacinamiento de los internos.  Aspectos positivos del sistema penitenciario cubano, siempre según los organismos mencionados, en el régimen laboral y el de vistas conyugales.  Aquel consiste en el desempeño de trabajo remunerado, al mismo nivel que los trabajadores que realizan igual trabajo, de cuyo monto se realizan descuentos por los gastos de alimentación y vestuario.  Según cifras proporcionadas por tales organismos, el 80% de la población penal se encuentra incorporada al régimen laboral.  El régimen de visitas conyugales, por su parte, permite la vista del cónyuge con frecuencia variable, según el comportamiento carcelario.

        Aspectos negativos del sistema penitenciario cubano, a juicio de los observadores que visitaron las prisiones, con las condiciones extremadamente duras de las celdas de castigo, en especial las del pabellón conocido como Boniatico, en la prisión de Boniato, y la del llamado Rectángulo de la Muerte en el Combinado del Este.  Se trata de celdas individuales con capacidad para una sola persona, privadas de luz y en las que se mantiene en situación de aislamiento por largos períodos, a veces de años, a los castigados.  Se señala en la información proporcionada que no se  encontraron prisioneros políticos entre las personas que ocupaban los pabellones de castigo.

        Las duras condiciones mencionadas se complementan con otra característica negativa encontrada en el sistema cubano referido a la libertad personal, cual es la prolongada duración de las condenas.  A ello se debe sumarlas las inexistentes garantías del debido proceso cuando se trata de delitos de orden político, por la subordinación de la administración de justicia al poder político y por el escaso interés que demuestran los abogados defensores.  No existe, por otra parte, disponibilidad de recursos legales para asegurar la defensa de los inculpados.

        La Comisión estima un hecho positivo la nueva apertura del Gobierno de Cuba al permitir a organismos de derechos humanos que puedan realizar visitas de observación a ese país.  Espera, asimismo, que esa actitud se proyecte hacia la propia Comisión y que inicie una cooperación con ella a fin de ir resolviendo los graves problemas de derechos humanos que hoy subsisten en Cuba.  Tal actitud del Gobierno permitiría contribuir a conceder al tema de los derechos humanos una consideración técnica y jurídica, exenta de connotaciones políticas, allanando así el camino para superar los obstáculos que aún restan, especialmente en materia de derechos civiles y políticos.

 [ Indice | Anterior | Próximo ]