CAPÍTULO
II SITUACIÓN
DE LOS FAMILIARES DE LOS PRESOS POLÍTICOS
De las comunicaciones o reclamaciones recibidas por la Comisión se
ha llegado al conocimiento de los siguientes hechos:
a)
Los familiares de los presos políticos son objeto de detenciones
arbitrarias;
b)
En muchos casos dichos familiares se han visto obligados a salir de
Cuba, a instancia de sus propios familiares presos, a fin de eludir la
persecución de que son víctimas por parte de las autoridades;
c)
Se obstaculiza y en muchos casos se impide por meses y aún años que
los familiares de los presos puedan visitarlos regularmente;
d)
Se restringe el derecho del familiar a enviar y recibir
correspondencia de sus familiares presos;
e)
Se maltrata de palabra y obra a los familiares de los presos con
ocasión de las visitas o se interrumpen las mismas de manera violenta;
f)
Se procura mantener desorientados y alarmados a los familiares de los
presos con respecto de la suerte de los mismos, ya sea dando avisos sobre
fallecimientos ocurridos en las prisiones y campos de concentración sin
mencionar los nombres de los fallecidos, ya sea trasladando a los presos de
uno a otro penal sin tiempo para que puedan comunicarlo a sus familiares;
g)
En varios casos los familiares desconocen el lugar en que cumple la
condena el familiar preso.
A continuación se transcriben en forma textual, las partes
pertinentes de algunas de las denuncias recibidas en las cuales se mencionan
estos hechos: 1. En una comunicación de 7 de octubre de 1967 se denuncia lo que
sigue:33 Durante los cuatro años que permanecí en Cuba después de la
detención de mi esposo fui personalmente víctima de constantes detenciones
por las autoridades, sin causa alguna.
Mi seguridad personal llegó a ser tan precaria que tuve que
abandonar el territorio nacional a instancias de mi esposo. 2. En una denuncia de 11 de
septiembre de 1965 se expresa:34 El día 23 de agosto de 1967 más de quinientas personas entre madres,
hermanas y esposas de los presos políticos en La Cabaña, hicimos acto de
presencia en los campos que están alrededor de la Fortaleza para demandar
que se nos informara por el estado de nuestros hijos y familiares presos. Estando presentes allí, citadas por el director de La Cabaña –se
le había dirigido un telegrama para que nos permitiera presentarnos—él
negó que hubiera autorizado que nos juntáramos allí.
Bloquearon la entrada con camiones jeeps y guardias verdeolivo
armados de bayonetas y metralletas, a pesar de que casi todas éramos
mayores de cincuenta años. Después
recibió una comisión de dos hombres y cuatro mujeres y luego nos dijo que
pidiéramos por telegrama una entrevista. A continuación nos desalojaron de allí con dos
perseguidoras o autos patrulleros. 3.
En un aparte de una denuncia de 8 de noviembre de 1968, se
manifiesta:35 Teóricamente sólo se permiten visitas a los presos de familiares
hasta el segundo grado de consanguinidad incluyendo la esposa. Pero se las
requisa y registra sin el menor respeto o recato por mujeres que no respetan
ni ancianas ni niñas. Esto
ocurre incluso cuando una malla separa al preso político de su familia.
Las visitas no tienen régimen estable; por ejemplo: en algo más de
ocho años que llevo en prisión (de 64 que fui condenado) he pasado cinco años
y medio sin visitas y en el tiempo restante la mayor proximidad entre ellas
fue de tres meses con una hora de tiempo límite por visita.
También he pasado cinco años sin recibir correspondencia y más de
seis sin poderla enviar y claro, censurada.
4. En una comunicación de 4 de mayo de 1969, la madre de un preso político
expresa:36
...No me dejan ver a mi hijo desde hace siete meses.
Ocho veces he estado en la prisión de La Cabaña y siempre he
regresado enferma y desesperada.
Son cuatro ya las hemorragias que ha sufrido.
Esto lo sé por esas cosas indirectas por las que las madres de los
presos nos enteramos de lo que sucede a nuestros hijos.
Después es posible que una o más se le haya producido porque ya de
esta noticia han pasado más de cuarenta días.
El Gobierno a través de funcionarios subalternos siempre me dice que
su estado es inmejorable.
5.
En un memorial sobre la situación de los derechos humanos en Cuba
presentado a la Comisión el 28 de noviembre de 1968, se denuncia:37
En Santiago de Cuba, por no citar sino el lugar de Cuba que más
conozco, existe el llamado “castillito”, en el Barrio de “Vista Alegre”.
A este lugar son llevados los detenidos y sometidos a crueles
torturas, despojados de sus ropas y hacinados en una azotea al sol y a la
lluvia. Los familiares de los
detenidos algunas veces, como un consuelo fugaz, consiguen verlos, como
sombras, a través de las alambradas con que está cercado el lugar.
5.
En una comunicación de 24 de septiembre de 1969, se denuncia:38
Existe una limitación arbitraria de la visita de los familiares a
los presos hasta cinco minutos. Se tortura mentalmente a los visitantes mediante falsas
noticias anunciando, por ejemplo, que la espera de los familiares a la
intemperie y durante toda la noche era injustificada porque al informante de
la prisión que era un soldado oficial, le parecía que el preso a quien
iban a visitar lo habían fusilado. [
Indice | Anterior | Próximo ] 33 Comunicación
No. 1558, citada, en los Archivos de la Comisión. 34 Comunicación
No. 1556, en los Archivos de la Comisión. 35 Comunicación
No. 1604, citada, en los Archivos de la Comisión. 36 Comunicación
No. 1582, en los Archivos de la Comisión. 37 Comunicación
No. 1606, en los Archivos de la Comisión. 38 Comunicación
No. 1647, en los Archivos de la Comisión. |