PALABRAS DEL DR. FLORENTÍN MELÉNDEZ

PRESIDENTE DE LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS,

EN LA INAUGURACIÓN DEL 127º PERÍODO ORDINARIO DE SESIONES
26 de febrero de 2007

 

 

Señora Presidenta del Consejo Permanente de la OEA, Señor Secretario General, distinguidos representantes de los Estados miembros de la Organización y observadores; representantes de Organizaciones de la Sociedad Civil; estimados colegas de la CIDH y de la Secretaría Ejecutiva. Señoras y señores:

 

Es para mí un honor dirigirme a ustedes, en mi carácter de Presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en esta ceremonia inaugural de nuestro 127º período ordinario de sesiones. Es un placer contar en esta oportunidad con la presencia de mis colegas: Paolo Carozza, Primer Vicepresidente; Víctor Abramovich, Segundo Vicepresidente, y los Comisionados Paulo Sérgio Pinheiro, Evelio Fernández Arévalos, Clare Kamau Roberts, y Freddy Gutiérrez. También contamos con la presencia del señor Santiago Canton, Secretario Ejecutivo de la Comisión, y de los miembros del personal de la Secretaría Ejecutiva. 

 

Tengo el honor de haber sido elegido este día como Presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, cargo que desempeñaré con mucho compromiso por la defensa de los derechos humanos en las Américas, y espero estar a la altura del prestigio que tiene la Comisión Interamericana en la región.

 

Quisiera aprovechar esta oportunidad para hacer referencia a la labor realizada por la Comisión Interamericana a partir del último período de sesiones bajo la presidencia de mi predecesor, Comisionado Evelio Fernández Arévalos, y reconocer la dedicación y responsabilidad con que desempeñó esta desafiante tarea. 

 

          Desde nuestra última reunión ordinaria celebrada en octubre de 2006, la Comisión realizó importantes actividades de promoción y protección, de conformidad con su mandato. En primer lugar, se realizaron visitas a diferentes países de la región. Por invitación del Gobierno de Bolivia, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos realizó una visita a ese país en noviembre de 2006 a fin de observar la situación general de los derechos humanos y de profundizar las relaciones con las nuevas autoridades bolivianas.  En la actualidad la Comisión está trabajando en un informe sobre los resultados de su observación en dicho país.

 

Posteriormente, en la primera semana de diciembre de 2006, se realizó una visita a la Argentina con el objeto de avanzar en el trabajo de seguimiento de casos con las autoridades y las organizaciones de la sociedad civil de dicho país. En el marco de las anteriores actividades, se realizaron visitas a centros penitenciarios de Bolivia y Argentina. Asimismo, a partir del 11 de diciembre de 2006 se realizó una visita de observación a Haití con el objeto de recoger información sobre las distintas formas de violencia ejercidas contra las mujeres y las niñas, y sobre la respuesta de la administración de la justicia a estos hechos. Simultáneamente, se realizó una visita a Perú con  el objeto de estrechar los lazos de colaboración con las más altas autoridades del nuevo gobierno, mantener diálogo con un amplio sector de organizaciones de la sociedad civil, y recibir información sobre la situación de los defensores de los derechos humanos, las mujeres, los afrodescendientes y los pueblos indígenas. Finalmente, la Comisión Interamericana realizó una visita a Colombia  en el marco de sus actividades de asesoría a la Misión MAPP/OEA.

 

          En segundo lugar, con el apoyo de la Relatoría de los Derechos de las Mujeres, la Comisión publicó un informe temático sobre el impacto del conflicto armado en las mujeres colombianas. El informe Las Mujeres Frente a la Violencia y la Discriminación Derivadas del Conflicto Armado en Colombia, que se basó en la información recogida en la visita  realizada a la República de Colombia en junio del 2005, aborda las principales manifestaciones de la violencia contra las mujeres, agravadas por el conflicto armado, como son la violencia física, psicológica y sexual; el desplazamiento forzado; el reclutamiento forzado y voluntario; la imposición de pautas de control social por grupos armados ilegales en poblaciones o territorios bajo su control; y la situación particularmente crítica de las mujeres indígenas y afrocolombianas.

 

          Asimismo, una delegación de la Comisión participó en las audiencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que tuvieron lugar en San José de Costa Rica del 22 de enero al 3 de febrero pasado.

 

          En tercer lugar, la Comisión continuó observando la situación de los derechos humanos de la región. De una parte, constató importantes avances como la ratificación de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, y del Protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales "Protocolo de San Salvador", por parte de la República de Bolivia. La ratificación a la Convención Interamericana para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra las Personas con Discapacidad, por parte de República Dominicana. Y la adhesión al Protocolo a la Convención Americana sobre Derechos Humanos relativo a la abolición de la pena de muerte por parte de Argentina. La Comisión considera que la universalización de los instrumentos de derechos humanos constituye un desafío fundamental para asegurar una protección igualitaria a todos los habitantes del Hemisferio.

 

Al mismo tiempo, durante este lapso, hemos manifestado nuestra preocupación ante alarmantes situaciones que afectan la plena vigencia de los derechos humanos en la región. La Comisión registró con profunda consternación que persisten los asesinatos de líderes sindicales, testigos y víctimas de violaciones de derechos humanos en la región con el objeto de silenciar sus demandas de reivindicaciones sociales, de justicia y de reparación. A través del sistema de casos individuales y los demás mecanismos de protección, la Comisión continúa observando que la debilidad estructural que caracteriza a los sistemas de administración de justicia de la región no se ha superado. Por el contrario, es claro que en algunos casos la falta de acceso a la justicia de las víctimas y de sus familiares ha traído como consecuencia necesaria el elevamiento de los niveles de impunidad, y en algunos casos extremos, la configuración de cuadros de denegación absoluta de justicia. En ese sentido, como resultado de un extenso estudio realizado sobre la problemática que enfrentan las víctimas de la violencia y la discriminación en la búsqueda de protección y reconocimiento de sus derechos, la CIDH elaboró el informe Acceso a la Justicia para las Mujeres Víctimas de Violencia en las Américas, cuyo lanzamiento tendrá lugar durante este período de sesiones.

 

La Comisión también registró sucesivos hechos de violencia en centros penitenciarios, en los que un importante número de personas privadas de libertad perdieron la vida, producto, entre otras causas, de la implementación de inadecuadas políticas criminales y penitenciarias, con el consecuente agravamiento de la situación estructural de hacinamiento y violencia que caracteriza a la gran mayoría de los sistemas carcelarios de la región. Lamentablemente, en ese ámbito las autoridades no han atendido con la diligencia debida las numerosas señales de alerta que indican el increíble descalabro de la situación penitenciaria. Con el fin de asistir a los Estados en el diseño de políticas públicas adecuadas en esta materia, la Comisión se propone emitir una Declaración de Principios sobre los Derechos de las Personas Privadas de la Libertad, para lo cual procederá a estudiar en el presente período de sesiones el proyecto preparado por su Relatoría especializada luego de un intenso proceso de preparación que incluyó una amplia consulta con los Estados Miembros, expertos, universidades y organizaciones de la sociedad civil.

 

La Comisión Interamericana es conciente de que continúan los desafíos en la observancia y el fomento del respeto a los derechos humanos fundamentales en el Hemisferio. Un complejo tema que la Comisión sigue con especial interés es el de la relación entre la seguridad ciudadana y los derechos humanos en el continente. En efecto, los habitantes de la región siguen enfrentando amenazas a su seguridad derivadas del terrorismo, del crimen organizado, así como de diversas formas de violencia social e, inclusive, institucional. Al responder a estas amenazas, los Estados deben implementar políticas públicas acordes con su obligación de respetar y garantizar los derechos humanos. Durante estas sesiones se dará inicio a los trabajos preparatorios del estudio sobre la situación de la seguridad ciudadana, con el que la Comisión contribuirá en el debate hemisférico promovido por la Organización.      

 

Las fallas y deficiencias en el respeto a los derechos humanos en el continente tienen una incidencia especialmente negativa sobre los integrantes de los sectores más vulnerables. La falta de vigencia efectiva de los derechos económicos, sociales y culturales agrava este preocupante cuadro en que persisten altos índices de desnutrición, un limitado e insuficiente acceso a la salud y la educación, y niveles de vida inadecuados. Este panorama acrecienta los desafíos ya existentes en nuestro continente frente a la inequidad y la exclusión social que afectan a la población.

 

El Estado de Derecho a la luz de los instrumentos internacionales de derechos humanos implica el buen funcionamiento del Estado, y el cumplimiento efectivo y equitativo de sus responsabilidades en materia de justicia, seguridad y libertades democráticas. En definitiva, la plena vigencia del Estado de Derecho implica el respeto y el ejercicio efectivo de los derechos humanos, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de todos los ciudadanos, sin exclusiones de ninguna naturaleza.

 

Ahora bien, en cuanto a las actividades en el actual período de sesiones que, como ustedes saben, es de dos semanas de duración, dedicaremos cinco días al estudio y consideración de informes sobre peticiones y casos individuales respecto a distintos países del Hemisferio que se hallan en diferentes etapas del procedimiento. En las sesiones internas de trabajo, también, consideraremos la aprobación de nuestro Informe Anual, estudiaremos temas sustantivos y procesales catalogados como prioritarios, así como la situación de derechos humanos en determinados países.

 

La Comisión decidió dedicar la otra mitad del periodo de sesiones a la celebración de 49 audiencias y 30 reuniones de trabajo sobre casos y peticiones. Además de audiencias relativas a casos individuales, se realizarán audiencias sobre la situación de los derechos humanos en el Hemisferio, tanto de carácter general como específico. En estas audiencias la Comisión no solamente continuará atendiendo los problemas estructurales que afectan los derechos humanos en la región, sino que analizará temas que le plantean nuevos retos y desafíos. Entre los temas a los que tradicionalmente ha brindado especial atención la Comisión, se encuentran la participación y acceso de las mujeres al poder político, el derecho a la libertad de expresión, y la situación de las personas privadas de libertad. En cuanto a temas novedosos, la Comisión recibirá información sobre el calentamiento global de la tierra, que nos plantea desafíos de gran envergadura para el futuro no solo de la región sino del planeta.

 

          Quisiera destacar que la Comisión recibió un importante número de solicitudes de audiencias por parte de Estados Miembros, así como de reuniones de trabajo y reuniones especiales. Asimismo, atenderemos la invitación de la Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos para continuar el diálogo con los órganos del sistema. La CIDH considera que la participación activa de los Estados durante el período de sesiones legitima no sólo el mecanismo de las audiencias, sino las facultades de observación y protección del órgano en su conjunto.

 

Asimismo, la Comisión Interamericana aprecia muy especialmente el reconocimiento de la responsabilidad internacional en casos ante la Comisión y la Corte por parte de varios Estados. El reconocimiento de la responsabilidad derivada del quebrantamiento de obligaciones internacionales constituye un avance de los Estados en el fortalecimiento del sistema interamericano de protección de derechos humanos, máxime cuando los órganos del sistema tienen la labor primordial de promover el establecimiento de la verdad y la realización de la justicia respecto de violaciones de derechos humanos cometidas en el ámbito de su jurisdicción.

 

De otra parte, deseo agradecer las invitaciones abiertas de varios países para que la Comisión realice visitas in loco.

 

          Estas son importantes demostraciones del entendimiento cabal sobre la naturaleza coadyuvante de los órganos del sistema y sus procedimientos, en relación con la función primordial de los Estados, como garantes primarios de los derechos humanos y las libertades fundamentales.

 

Sea esta la ocasión para renovar la voluntad de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de colaborar con los Estados miembros y con la sociedad civil para evitar no sólo graves retrocesos en la protección de derechos humanos, sino para asegurar el progreso, con dignidad y justicia, hacia una región mejor para todos los habitantes mediante la adopción de políticas públicas adecuadas en la materia.

 

En cuanto al fortalecimiento de sus capacidades, la Comisión destaca y agradece nuevamente el importante aporte financiero efectuado por los gobiernos de los siguientes países miembros de la Organización: Brasil, Chile, Costa Rica, Estados Unidos, México, República Dominicana y Venezuela. También desea agradecer a los Países Observadores que apoyan las actividades de la Comisión, entre ellos: Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia y Suecia. Asimismo, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Comisión Europea, la Fundación Open Society y la Secretaría del Commonwealth han contribuido con fondos específicos a la CIDH. Este aporte contribuye de manera concreta al fortalecimiento del sistema interamericano de derechos humanos en el Hemisferio.

 

Señora Presidenta, señor Secretario General, señoras y señores representantes, estimados colegas, compañeros y compañeras de trabajo:

 

Quiero hacer una mención especial al abogado Brian Tittemore, de nacionalidad canadiense, quien como es de su conocimiento falleció el pasado 12 de diciembre.  El Dr. Tittemore trabajó en la Secretaría Ejecutiva de la CIDH desde 1999 y tuvo a su cargo responsabilidades muy importantes y delicadas, tales como el desarrollo de la jurisprudencia del sistema interamericano en materia de pena de muerte y garantías de debido proceso, y la redacción del borrador del Informe de la CIDH sobre terrorismo y derechos humanos. Quiero agradecer las expresiones de solidaridad y respeto que recibimos de quienes tuvieron la oportunidad de conocer a Brian. En particular, al Secretario General José Miguel Insulza, quien presentó personalmente sus condolencias a la familia Tittemore; y al Consejo Permanente que, durante una de sus sesiones finales de 2006, hizo primero una mención especial sobre su trayectoria en la OEA y luego observó un minuto de silencio. Para aquellos que tuvimos el privilegio de conocer a Brian, será recordado con profundo aprecio como un ser humano excepcional que se caracterizó por su profunda inteligencia, firme dedicación, solidaridad humana, identidad con la causa de los derechos humanos, y fina gentileza.  

 

Para concluir, quiero expresar mi reconocimiento personal al Secretario Ejecutivo, a los abogados y abogadas de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Interamericana, a los becarios, becarias y pasantes, y a todos los funcionarios y funcionarias de la CIDH, por su firme compromiso y dedicada labor, que nos permiten cumplir una exitosa gestión. Asimismo quiero expresar a mis colegas Comisionados mi firme compromiso de trabajar con dinamismo, desde la Presidencia de la CIDH, para contribuir a consolidar el trabajo en la promoción y defensa de los derechos humanos en el Hemisferio, especialmente en favor de aquellas personas y grupos sociales que no encuentran respuesta a su clamor de justicia, propósito compartido con los demás miembros de la nueva Junta Directiva.

 

De esta forma, declaro abierto el 127º período ordinario de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y les invito a que nos acompañen a la recepción preparada para celebrar la ocasión.