PALABRAS DEL DR.  JUAN MÉNDEZ,
PRESIDENTE DE LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

SESIÓN INAUGURAL DEL 114° PERÍODO ORDINARIO DE SESIONES DE LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

 

Washington D.C., 25 de febrero de 2002

 

 

Señor Presidente del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos, Señor Subsecretario de Asuntos Jurídicos de la OEA, señoras y señores Representantes Permanentes, señores Observadores, señoras y señores:

 

Tengo el agrado de asistir a esta ceremonia de inauguración formal del 114o. período ordinario de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en compañía de la Primera Vicepresidenta de la CIDH, Licenciada Marta Altolaguirre; el Segundo Vicepresidente, Dr. José Zalaquett; los Comisionados Dres. Robert Goldman, Julio Prado Vallejo, y Clare Kamau Roberts, así como el Secretario Ejecutivo de la CIDH, Embajador Santiago Canton, y el personal profesional de la Secretaría Ejecutiva.

 

Como es de su conocimiento, este es el primer periodo de sesiones de los Comisionados José Zalaquett y Clare Kamau Roberts, que fueron elegidos como miembros de la CIDH en la Asamblea General de la OEA celebrada en Costa Rica, el año pasado. Quisiera dar públicamente la bienvenida a los nuevos Comisionados, que son personas de la más alta autoridad moral y reconocida experiencia en materia de derechos humanos. Es un honor para la OEA y para la CIDH contar en sus labores con tan distinguidos profesionales.

 

          Como es igualmente conocido por el Consejo Permanente, el 13 de febrero del presente año el Dr. Diego García-Sayán, también elegido como miembro de la CIDH en la Asamblea General de la Organización celebrada el año pasado, presentó su renuncia a la Comisión, debido a desempeñarse actualmente como Ministro de Relaciones Exteriores del Perú. La Comisión entiende los motivos de tal renuncia, pero no deja de lamentarla, pues  la priva de contar entre sus miembros a una persona de conocida trayectoria y compromiso con el sistema interamericano de derechos humanos como es el Dr. García-Sayán. Deseamos al doctor García-Sayán mucho éxito en sus altas funciones como Ministro de Relaciones Exteriores del Perú.

 

          Tomamos nota al mismo tiempo de que el Secretario General ha cursado a este cuerpo la información relacionada con esta vacante, a los efectos de que se propongan candidatos y candidatas a cubrirla. Hacemos propicia la ocasión para reiterar nuestro interés en que se pueda integrar en forma completa la composición de la CIDH a la mayor brevedad posible. 

 

Durante el presente período de sesiones, la Comisión celebrará 56 audiencias sobre asuntos varios, tales como casos pendientes, medidas cautelares, soluciones amistosas y la situación general de los derechos humanos en diversos Estados miembros. Además, adoptará decisiones sobre los siguientes asuntos: casos y peticiones individuales, incluyendo la aprobación de informes sobre admisibilidad, inadmisibilidad, fondo y su publicación; posible remisión de casos a la Corte Interamericana de Derechos Humanos; futuras visitas in loco, así como la labor de sus relatores temáticos.

 

Algunos comentarios sobre la situación de los derechos humanos en la región

 

La situación de los derechos humanos en el hemisferio ha tenido algunos avances en los últimos años, en algunos derechos humanos, y ha tenido un retroceso pronunciado en muchos otros.

 

          Los avances que pueden señalarse se refieren a la existencia de regímenes democráticos en el hemisferio, que a diferencia de las dictaduras que gobernaron buena parte de éste en los años setentas y ochentas, no cometen violaciones sistemáticas, por motivos políticos, al derecho a la vida, al derecho a la libertad personal, al derecho a la integridad personal y al derecho a la libertad de expresión. Ello sin perjuicio de que aparezcan regímenes autoritarios como el de Fujimori-Montesinos en el Perú, hoy felizmente superado, que aún prestando mayor atención a las formas, constituyen en esencia un tipo de dictadura no muy distinto de las tradicionales.

 

Considero también un avance que hay una sociedad civil más organizada; un conocimiento mayor –aunque aún muy deficiente—de sus derechos por parte de las personas; y una evolución en el derecho internacional de los derechos humanos, que persiste en su misión de tratar de lograr justicia cuando no se logra en la jurisdicción nacional.

 

En contraste con los avances anotados, subsisten problemas de larga data, tales como la impunidad por violaciones a derechos humanos (tortura y ejecuciones extrajudiciales, por ejemplo), el desarrollo insuficiente de los poderes judiciales de la mayoría de los países de la región y los ataques a su independencia e imparcialidad en algunos países; condiciones inhumanas de detención en las cárceles; y una mentalidad represora, a menudo apoyada por la opinión pública, que postula la “mano dura” como manera de contrarrestar el aumento de la criminalidad en la región, sin atender apropiadamente a las causas de tal fenómeno y más bien contribuyendo a agravarlo.

 

Existe asimismo un franco deterioro en lo relativo a los derechos económicos,  sociales, y culturales. Me refiero al derecho al trabajo, a la salud, a la educación, a la alimentación, a la vivienda digna y  a la seguridad social, derechos cuya ineficacia afecta de manera transversal a toda la población del hemisferio. Una parte muy importante y representativa del hemisferio se encuentra en pobreza extrema, que implica una violación generalizada de todos los derechos humanos de las personas. Los pobres, cuyo número aumenta cada vez más, no viven una vida digna y exenta de temores. Sobreviven apenas, en un entorno donde sus derechos humanos más fundamentales, si existen, son sumamente precarios.

 

          En la CIDH sostenemos que hay que asegurar el régimen de libertades que implica la democracia, mediante el respeto no sólo de los derechos civiles y políticos, sino también de los económicos, sociales y culturales. Ello, entre otros aspectos, evitará tentaciones autoritarias bajo el manto de un falso populismo, y también lo peor: la posibilidad de regresión a dictaduras militares que violen los derechos cuya reconquista costó muchas vidas, muchas desapariciones y muchas torturas.

 

            En cuanto a problemas actuales que afectan a la región, la Comisión se encuentra muy preocupada y atenta al desarrollo de la situación en Colombia, luego que el 20 de febrero pasado el Presidente Andrés Pastrana anunció el fin de las conversaciones de paz respecto al conflicto armado que hace tantos años afecta al país. Aunque reconocemos que esa decisión fue precedida por la provocación que implica el secuestro extorsivo y el atentado contra aviones civiles, esperamos que pueda encontrarse la manera de reencausar el proceso de paz. Hacemos tales votos porque nuestra experiencia cotidiana siguiendo los asuntos de Colombia nos llevan a la convicción de que los derechos de los colombianos serán mejor protegidos en tanto se ponga fin al conflicto que tantas vidas humanas y tanto daño ha causado. Mientras tanto, la Comisión hace un llamado a que todas las partes involucradas en el conflicto respeten las normas de derecho internacional humanitario y de derechos humanos aplicables.

 

          Otro desafío importante en la región lo constituye el ataque terrorista del 11 de septiembre pasado en Estados Unidos, que la Comisión ha deplorado y condenado de la manera más enfática. La Comisión estima muy importantes las iniciativas que han surgido en el seno de la OEA para enfrentar el terrorismo de manera regional. Como lo hemos dicho en otras ocasiones, estamos dispuestos a colaborar con el Consejo Permanente en la formulación de instrumentos que, a la vez de constituirse en herramientas eficaces contra el terrorismo, acojan la necesidad de respetar las normas universales de derechos humanos. En el seno de la Comisión hemos dedicado especiales esfuerzos al tema. Para mejor ilustrar nuestras propias deliberaciones y eventuales acuerdos sobre el tema, celebraremos en los próximos días una audiencia general con intervención de expertos invitados. Esto es parte de un estudio que se está elaborando y que se difundirá tan pronto se culmine. El punto de partida de tal estudio es que la lucha contra el terrorismo y contra los terroristas no es en principio incompatible con el respeto a los derechos humanos en Estados democráticos de derecho.

 

          La Comisión continúa asimismo observando con especial atención la situación de los derechos humanos en Cuba y en Haití. En Cuba, debido a la falta de democracia en dicho país, y a las violaciones recurrentes que se producen a derechos civiles y políticos, que la Comisión acompaña de manera permanente e incluye de manera regular en su informe anual a la Asamblea General de la Organización. En lo concerniente a Haití, la CIDH, además del seguimiento de la situación de los derechos humanos en el país que efectúa de manera permanente como parte de sus tareas, ha dedicado particular atención a la situación surgida luego del ataque armado al Palacio Nacional en Puerto Príncipe el 17 de diciembre de 2001, donde murieron 5 personas y otras resultaron heridas. Según varias fuentes, a partir de ese momento han venido ocurriendo otros actos de violencia que han afectado las personas y los bienes de miembros de los partidos políticos de la oposición, así como periodistas y estaciones de radio y televisión.

 

Actividades específicas y aspectos varios desde el último período de sesiones

 

Desde la conclusión de su 113° período ordinario de sesiones el 17 de octubre del año 2001, la Comisión ha llevado a cabo una serie de actividades en cumplimiento de su mandato. A continuación informaré sobre algunas de tales actividades y sobre otros aspectos atinentes al trabajo de la CIDH.

 

Entre el 7 y el 13 de diciembre de 2001 la Comisión efectuó una visita in loco a la República de Colombia, por invitación del Gobierno, que tuvo por objeto observar la situación de los derechos humanos en dicho país. Durante su visita la CIDH se entrevistó con autoridades de los tres poderes del Estado, incluyendo al Presidente de la Nación, Dr. Andrés Pastrana Arango; con distintos representantes de la sociedad civil y con organismos internacionales tales como la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ACNUR y el Comité Internacional de la Cruz Roja. Asimismo, recibió información y testimonios sobre la situación en todas las regiones del país. El pleno de la Comisión se reunió con los candidatos presidenciales Luis Eduardo Garzón, Horacio Serpa Uribe y Alvaro Uribe Vélez. La Comisión y su personal se dividió en equipos de trabajo que visitaron también Medellín y Barrancabermeja. En la actualidad la Comisión se encuentra evaluando la información recopilada durante tal visita a los efectos de preparar un informe sobre la situación de los derechos humanos en Colombia.

 

          El 7 de febrero del presente año fue liberado en México el General José Francisco Gallardo Rodríguez. Al respecto, en un informe de fondo sobre el asunto emitido en 1996 la Comisión determinó que “la detención y sometimiento del General José Francisco Gallardo Rodríguez a 16 investigaciones y 8 causas penales de manera continuada y sin propósito razonable lógico y justificable” constituía violación de varios artículos de la Convención Americana. En consecuencia de ello, la CIDH recomendó al Estado mexicano, entre otras cosas, la liberación del General Gallardo. La liberación del General Gallardo constituye un signo sumamente positivo por parte del Estado mexicano y una muestra concreta del compromiso de su Gobierno en materia de fortalecimiento de la protección de los derechos humanos. La CIDH estima que todas las medidas destinadas a cumplir con sus recomendaciones contribuyen al fortalecimiento del sistema interamericano de derechos humanos.

 

          Con posterioridad al período de sesiones concluido hace cuatro meses, la Comisión se ha pronunciado sobre dos asesinatos de defensoras de derechos humanos en el hemisferio. El 19 de octubre de 2001 fue asesinada en México la abogada y activista de derechos humanos Digna Ochoa. El trabajo de la doctora Digna Ochoa le había valido amenazas y ataques en varias ocasiones, por lo que la CIDH y la Corte Interamericana habían otorgado medidas cautelares y provisionales, respectivamente, a favor de ella y de varias personas que trabajan en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (PRODH) en México. Con la anuencia del Gobierno mexicano, la Comisión ha designado un experto que ha viajado a Ciudad de México para colaborar con la averiguación previa del asesinato de tal reconocida defensora de los derechos humanos. Por otra parte, el jueves 14 de febrero de 2002 fue asesinada en Colombia la señora María del Carmen Flores, defensora de derechos humanos que se desempeñaba como personera del Municipio de Mutatá y co-fundadora de la Fundación Jurídica Colombiana. La señora Flores se encontraba trabajando en el caso de la presunta desaparición forzada de Alcides Torres Arias, actualmente pendiente ante la Comisión Interamericana. La CIDH tiene prevista una audiencia sobre el mencionado caso para el Período Ordinario de Sesiones que hoy se inicia. La señora Flores se encontraba trabajando en la preparación de esa audiencia.

 

          La CIDH lamenta y condena enérgicamente dichos asesinatos. Los defensores de derechos humanos asumen el trabajo fundamental de proteger los derechos de todos, por lo que su protección adquiere especial relevancia.

 

          El 31 de enero de 2002 una Delegación de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión se trasladó al Perú para celebrar una reunión de trabajo con representantes del Estado y de peticionarios respecto al cumplimiento de recomendaciones efectuadas por la CIDH en informes individuales concernientes a un grupo importante de casos de desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales.        

 

Entre el 5 y el 8 de febrero del presente año, el Secretario Ejecutivo de la CIDH, Embajador Santiago Canton, realizó una visita a la República Bolivariana de Venezuela, en respuesta a una invitación del Gobierno de ese país. El objeto de la visita fue recabar información sobre la libertad de expresión y efectuar asimismo una evaluación preliminar para la preparación de la visita in loco que la Comisión realizará durante la primera quincena de mayo de 2002, por invitación que le efectuó el Presidente Hugo Chávez Frías en septiembre de 1999.

 

Del  11 al 13 de febrero del presente año, la Licenciada Marta Altolaguirre, Primera Vicepresidenta y Relatora Especial sobre los Derechos de la Mujer de la Comisión, efectuó una visita de dos días a Ciudad Juárez y al Distrito Federal de México, a invitación del Gobierno de Presidente Vicente Fox, y en atención a previas expresiones de preocupación por diversos representantes de la sociedad civil. La visita tuvo el propósito de investigar un número preocupante de muertes violentas contra mujeres en Ciudad Juárez. La información recibida durante la visita será analizada por la Relatoría en detalle, con el propósito de elaborar un informe con sus conclusiones, para la consideración y aprobación del plenario de la CIDH. Sin perjuicio de lo anterior, la Relatora Especial planteó unas reflexiones iniciales, en especial sobre la preocupante situación de violencia contra la mujer en Ciudad Juarez, en un comunicado de prensa de 13 de febrero de 2002.

 

El 18 de febrero del presente año una Delegación de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión se trasladó a Haití con objeto de preparar una visita in loco que realizará próximamente la Comisión al país, en concordancia con los diálogos que sobre la situación en Haití ha tenido el Consejo Permanente.

 

Entre la conclusión del 113° período ordinario de sesiones, en octubre de 2001, y la presente fecha, la Comisión ha recibido 274 peticiones en donde se denuncian violaciones a derechos humanos en distintos países del hemisferio. En el mismo período se ha iniciado el trámite de 74 peticiones y se ha negado trámite por distintos motivos reglamentarios, o se ha decidido solicitar información adicional, en 228 peticiones. Tales cifras revelan ciertamente el trabajo de control previo de la tramitación de las peticiones que realiza la Comisión.

 

Desde su última reunión, la Comisión ha sometido los siguientes casos a la consideración de la Corte Interamericana de Derechos Humanos: el 4 de diciembre de 2001, el caso 12.034, Carlos Torres Benvenuto y otros contra la República del Perú. El 9 de enero de 2002, el caso 11.043, Maritza Urrutia, contra la República de Guatemala, y el 5 de febrero de 2002, el caso 11.016, Emilio Moisés y Rafael Samuel Gómez Paquiyauri, contra la República del Perú. Durante este lapso la Comisión ha sometido igualmente a la Corte solicitudes de medidas provisionales en varios asuntos pendientes.

 

Avances y desafíos en la protección de los derechos humanos en el sistema interamericano

 

          El sistema interamericano de derechos humanos ha avanzando notablemente en los últimos años. Antes de 1948 no existían a nivel regional tratados de derechos humanos, ni órganos interamericanos de protección de tales derechos. Ese año se proclamó la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, y en los cincuenta años siguientes se adoptaron una serie de tratados sobre derechos humanos, tales como la Convención Americana sobre Derechos Humanos y sus dos protocolos adicionales, la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, “Convención de Belém do Pará” y la Convención Interamericana para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Personas con Discapacidad.

 

          De manera que aún cuando no todos los Estados del hemisferio han ratificado todos los mencionados tratados, puede decirse que en los últimos años se ha avanzado notablemente en la fijación de estándares interamericanos de protección de los derechos humanos. En el próximo paso, relativo a la creación y consolidación de los órganos interamericanos con competencia para determinar si los Estados han incumplido con las obligaciones que asumen al ratificar los mencionados tratados, el avance ha sido más lento. Hoy en día, sin embargo, pese a la resistencia y a obstáculos de distinta naturaleza que han afectado su desenvolvimiento, tanto la Comisión Interamericana como la Corte Interamericana de Derechos Humanos se han afianzado en sus roles, y gozan de la legitimidad y credibilidad que le han otorgado años de trabajo serio, independiente e imparcial en favor de los derechos humanos de las mujeres y los hombres de nuestro hemisferio. 

 

          Los próximos pasos fundamentales serán: 1) dotar al sistema de los recursos económicos y humanos necesarios para su cabal funcionamiento; y 2) Idear un mecanismo jurídico-político que haga efectivo el principio de garantía colectiva del sistema, para lograr que se cumplan cabalmente  las decisiones de la Comisión Interamericana y las sentencias de la Corte interamericana de Derechos Humanos.

 

La CIDH percibe hoy en día una tendencia a la colaboración con el sistema por parte de diversos Estados democráticos, lo cual se refleja en el gran número de casos bajo solución amistosa. Nos es grato también hacer notar diversos ejemplos recientes de cumplimiento de las recomendaciones de la Comisión y de las sentencias de la Corte Interamericana. Al mismo tiempo, sin embargo, persiste en algunos Estados una concepción de sus obligaciones en materia de derechos humanos consistente en considerarlas de cumplimiento meramente facultativo y de conveniencia. Al contrario, nosotros en la CIDH sostenemos que al firmar tratados internacionales los Estados adquieren compromisos solemnes, que sólo se pueden excusar bajo condiciones sumamente rigurosas.

 

          El reto está entonces en otorgar prioridad política y establecer los mecanismos internos legislativos, judiciales y de otra índole para que a nivel nacional se dé efectivo cumplimiento a las decisiones de los órganos del sistema. Ciertamente esto implica ir mucho más allá de cumplir con la parte pecuniaria de las recomendaciones de la Comisión y de las sentencias de la Corte. Un aspecto fundamental de las reparaciones, tanto para el caso concreto como para la situación general, es que se investigue, juzgue y sancione a los autores materiales e intelectuales de las violaciones más graves a los derechos humanos. Otro aspecto muy importante es la adecuación de las leyes nacionales a la Convención Americana, que muchas veces forma parte de las recomendaciones de la CIDH y de las sentencias de la Corte Interamericana. Fundamentalmente, exhortamos a los poderes judiciales de todos nuestros países a que se dediquen a la tarea, hoy impostergable, de la incorporación efectiva de las normas internacionales de derechos humanos en el derecho interno.

 

          Sobre el presupuesto de la CIDH

 

          Como es de su conocimiento, uno de los problemas fundamentales que afrontan los órganos del sistema interamericano de derechos humanos es la limitación en los recursos presupuestarios para cumplir con sus funciones. A pesar de los discursos de apoyo a tal necesidad y a los llamados a que se aumenten los recursos asignados a la Comisión y a la Corte Interamericana que han efectuado tanto los señores Presidentes de los países miembros de la OEA, por ejemplo en la última Cumbre de las Américas, así como los señores Ministros de Relaciones Exteriores de los países miembros de la Organización en las últimas asambleas generales, la Comisión no ha recibido a la presente fecha aumento en sus recursos.

 

          La triste realidad indica que el monto total del presupuesto de la Comisión para el presente ejercicio, que asciende a US$ 3,1 millones de dólares, representa el 4,1% del presupuesto global de la Organización. Aproximadamente dos terceras partes del presupuesto de la Comisión está destinado a los salarios y beneficios de su personal. El monto restante apenas cubre los costos derivados de los preparativos y la celebración de dos períodos ordinarios y un período extraordinario de sesiones, la publicación de nuestro Informe Anual, contratos por resultado, suministros y rubros similares. Por tal motivo, las visitas in loco, las actividades ante la Corte Interamericana, y las demás actividades de promoción y protección de los derechos que efectúa la Comisión deben financiarse con las contribuciones voluntarias de Estados miembros y de la cooperación de Estados observadores.

 

          Debo resaltar y agradecer las contribuciones voluntarias, tanto las regulares como las ocasionales, que efectúan varios Estados a la Comisión. Desde enero de 2001 hemos recibido contribuciones voluntarias de Estados Unidos, México y Brasil, las cuales agradecemos. También hemos recibido cooperación de Dinamarca, Inglaterra, Suecia, España y del Banco Interamericano de Desarrollo, para algunos proyectos específicos, que igualmente agradecemos.     

 

El hecho que la Comisión deba depender de las generosas contribuciones voluntarias de países miembros y de la cooperación de países europeos para financiar el cumplimiento con partes esenciales de su mandato debiera ser motivo de preocupación para los Estados miembros de la Organización.

 

          Es fundamental aumentar los recursos materiales y humanos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Debe otorgarse prioridad a mirar a largo plazo los efectos que puede haber en los países como resultado de expandir los alcances del trabajo de la CIDH, mediante el aumento de los recursos que la Comisión requiere para atender cabalmente a las personas que acuden a ella procurando justicia. El desarrollo, la democracia y el respeto de los derechos humanos van de la mano. Como lo demuestra brillantemente el Premio Nobel de la Economía, Amartya Sen, en la medida en que más se respeten los derechos humanos, más desarrollo habrá y más equilibrado y sostenible será este desarrollo. En rigor, será más que desarrollo económico, y será plenamente “desarrollo humano”. Por eso, no hay que esperar una situación de pleno desarrollo para empezar a respetar los derechos humanos. El trabajo de la Comisión Interamericana de promoción y defensa de los derechos humanos constituye no sólo una instancia internacional para obtener justicia en casos concretos, sino que implica también a largo plazo una contribución importante para el desarrollo de nuestros países, que sin duda es una prioridad común.

 

          En nombre de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicito respetuosa y encarecidamente a los señores miembros del Consejo Permanente se aumenten los recursos financieros y humanos que requiere la Comisión para seguir cumpliendo cabalmente con el mandato  que los propios Estados le han conferido.

 

          Finalmente, mis colegas de la Comisión y quien les habla quisiéramos reiterar nuestro agradecimiento al Secretario General de la OEA, César Gaviria, por su apoyo constante al trabajo de la Comisión y por su respeto irrestricto a la independencia y autonomía de la CIDH. Asimismo, quisiéramos hacer público nuestro agradecimiento y reconocimiento al Secretario Ejecutivo de la CIDH, Embajador Santiago Canton, y al personal profesional y administrativo de la Comisión, por sus incansables esfuerzos y dedicación en su trabajo por los habitantes de la región.

 

          Muchas gracias.

Washington .D.C

[ Página PrincipalAnuales | Informes Especiales | Comunicados de Prensa | Documentos Básicos |Enlaces | Búsqueda ]