COMUNICADO DE PRENSA

 

N° 10/04

 

DEMOCRACIAS EN LA REGIÓN DEMUESTRAN

“PROBLEMAS ESTRUCTURALES”, SEGÚN LA CIDH

 

 

Abusos policiales, violaciones a las garantías del debido proceso, restricciones indebidas de la libertad de expresión y deficiencias en la administración de justicia, entre otros, constituyen “problemas estructurales” que debilitan la democracia en la región, señala la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su Informe Anual del 2003.

 

El informe, que ofrece un amplio panorama de la situación de los derechos humanos en el hemisferio, fue publicado hoy en la página Web de la CIDH (www.cidh.org).

 

“Las elecciones periódicas y la expansión de los regímenes democráticos no han  logrado  una institucionalidad y cultura democrática suficientes para darle estabilidad y cohesión a nuestras sociedades, obstaculizando el imperio de la ley, afectando la vigencia de los derechos fundamentales de los habitantes y generando un clima apto para la ocurrencia de crisis sociales con impacto político-institucional”, indica el informe.

 

El informe ha sido presentado a los Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para su consideración. En una fecha próxima la Comisión comparecerá ante la Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos del Consejo Permanente de la OEA, para recibir las observaciones de las delegaciones.

 

En su Capítulo IV, titulado “Desarrollo de los Derechos Humanos en la Región”, el Informe Anual del 2003 indica que cinco Estados miembros merecen atención especial, de acuerdo con los criterios establecidos por la Comisión. Estos países son Colombia, Cuba, Guatemala, Haití y Venezuela.

 

Con respecto a Colombia, el informe destaca la continua violencia relacionada con el conflicto armado, los vínculos de la seguridad pública con grupos al margen de la ley y la continua violación de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario por parte de los actores del conflicto. Reitera, además, la preocupación de la Comisión por la forma en la cual los grupos paramilitares siguen operando en vastas áreas del territorio nacional, a pesar de la presencia de las fuerzas armadas.

 

En Cuba, la situación de los derechos civiles y políticos “se ha deteriorado notablemente” desde marzo de 2003 como consecuencia de una ola represiva contra activistas de derechos humanos y periodistas independientes, según el informe. Observa que muchas personas detenidas en esta campaña fueron ciudadanos cubanos que promocionaron el Proyecto Varela.

 

La situación en Guatemala también merece preocupación, señala el informe, al indicar que “el Estado de Derecho y la democracia en Guatemala no podrán consolidarse mientras continúe existiendo un Poder Judicial ineficiente que no investiga debidamente las gravísimas violaciones a los derechos humanos del pasado, así como las violaciones del presente y permite que la impunidad siga imperando”.

 

En Haití, las tensiones políticas y la violencia han limitado el pleno ejercicio de los derechos humanos, entre ellos el derecho de la libertad de expresión y de reunión, informa la Comisión. Igualmente manifiesta su preocupación por “los informes sobre la existencia de grupos armados que actúan fuera de la ley y con impunidad y que, en algunos casos, aterrorizan a la población de ciertos parajes”.

 

En el caso de Venezuela, la Comisión observa la “extrema polarización política” que ha dado lugar a la progresiva intolerancia y a hechos de violencia entre manifestantes de distintos sectores. En informe también toma nota del “incumplimiento reiterado” del Estado venezolano respecto de los casos decididos por la Comisión

 

Washington D.C., 18 de marzo de 2004